La educación cívica al volante

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Puebla es una ciudad que ha crecido muchísimo en los últimos años, ya que gente de otras partes de la república e incluso del extranjero han decidido venirse a radicar a esta ciudad.

A diferencia de hace 15 años, ahora vemos grandes avenidas por doquier, pasos a desnivel y otras importantes características de una buena infraestructura vial. Es evidente que aún hay mucho que mejorar, sobre todo en relación con el bacheo, pero por lo que se ha visto hasta el momento, nuestra ciudad le ha apostado mucho a las vialidades.

Hace un par de años se instalaron por muchas partes de la ciudad cámaras para poder infraccionar a las personas que condujeran a exceso de velocidad. En vialidades como el periférico, donde el límite de velocidad promedio es de 90 km/h, había conductores que circulaban a más de 120 km/h. Lo mismo sucedía con la Recta a Cholula.

Estas cámaras han obligado a los conductores a conducir sin exceder los límites de velocidad, lo cual ha salvado muchas vidas conforme a estadísticas de nuestra entidad federativa.

¿Por qué conducir con desesperación y sin respeto a los demás?

Hemos escuchado de casos en donde una persona a partir de un conflicto vial saca una pistola y mata a otro tan sólo por haber tocado el claxon o por haberse cerrado mientras conducía.

Las personas tendemos a irritarnos en el tráfico, sobre todo cuando vemos que otras personas no están siguiendo las indicaciones de tránsito. Por ejemplo, es muy común ver que en un embotellamiento en donde la calle tiene dos carriles, personas inauguren un tercer carril por la derecha sintiéndose "muy inteligentes" y rebasando a todos los automóviles por la derecha. Acción que por supuesto puede llegar a enojar a estas personas que llevan esperando educadamente en su carril.

A manera de reflexión sobre las prácticas al volante de los poblanos. Es ahora muy común que si un automóvil indica con su direccional que necesita cambiarse de carril, los demás automóviles en lugar de dejarlo pasar, se aceleran para bloquearle el paso. ¿Qué es lo que está pasando?

Otra práctica muy común es que, algunos automovilistas prefieren tapar el paso a todos los automóviles en un cruce, cuando el semáforo se ha puesto en rojo, en lugar de esperar un par de metros atrás permitiendo una libre circulación.

Quizá una de las situaciones más molestas es que la mayoría de los conductores en esta ciudad no respetan la cebra peatonal y la invaden con tal de ganar un par de metros cuando les toca el alto. Esto obliga a las personas a cruzar entre los coches haciéndolo cada vez más complicado para las personas con discapacidad o los padres que traen bebés en carreola.

La gente se estaciona en donde encuentra espacio sobre la calle a pesar de señalamientos que lo prohíben, incluso llegando a tapar entradas de las casas. Se llegan a estacionar incluso en doble fila sin importarles que esto bloquea todo un carril de circulación.

Si todos los poblanos condujéramos con orden, respeto y siguiendo los señalamientos de tránsito la circulación de nuestra ciudad podría ser muy eficiente. Si tienes prisa para llegar a tu destino, no te desesperes, pues habrá otras personas en la misma situación y la falta de respeto al volante puede tener muchas consecuencias negativas para nuestra hermosa ciudad. No te le cierres a un coche y no toques el claxon a menos que sea necesario para evitar algún accidente de tránsito. Ya verás que si todos los poblanos seguimos el reglamento de tránsito y respetamos a los demás el conducir en nuestra ciudad se va a volver algo mucho más placentero.

* Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey

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