India y México

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Daniel SAVEDRA OLIVO


Diciembre 03, 2017

En el marco de una serie de eventos académicos, el arquitecto Arpan Juhari visitó en días recientes la ciudad de Puebla. Si bien a muchos no llamará tanto el nombre, se trata de un arquitecto de India que desarrolla su práctica profesional independiente de la mano del concejo de Edificios Verdes, y fue nombrado arquitecto joven del año en el año 2014, en India. El motivo de esta visita fue compartir puntos de vista, proyectos y objetivos de las ciudades mexicanas e indias, y cómo podemos generar mayor sinergia entre países para lograr mejores ciudades.

México e India tienen una historia común, y una serie de eventos y condiciones muy similares. Entre ellos, la pobreza, la desigualdad social, y la violencia. Aunque nos separan casi 50 lugares en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU que mide el grado de desarrollo humano (México en el lugar 77 con un índice de 0.762 e India lugar 131 con un índice 0.624) está presente la forma en la que abordamos los problemas.

Una de las principales problemáticas de India es la falta de trabajo bien pagado a profesionistas jóvenes, la generación de este país huye cada vez más de él a menor edad para poder desarrollar sus conocimientos. Algo similar a lo que pasó en México hace 10 años, o incluso, algo como lo que estará pasando en los próximos años. En México uno de nuestros principales problemas es la corrupción y la impunidad que rodea nuestros sistemas. En India sucede lo mismo, aunque tal vez el problema se justifica en una serie pobreza generalizada y una necesidad de mejores ingresos y mejores mercados. En estos dos casos, surge de la respuesta a la siguiente pregunta nuestra afinidad: ¿Cómo hacemos ambientes construidos y naturales sustentables si la sociedad vive problemas humanos?

Respuesta: Priorizar a la sociedad. La sustentabilidad se divide en tres ejes primordiales, el ambiental, el económico y el social. Durante años hemos entendido sobre el calentamiento global como una problemática clara a resolver, y de ahí que sustentabilidad lo asociamos a naturaleza, medio ambiente, contaminación y muros verdes por simplificar. ¿Pero en verdad podemos mejorar nuestro medio ambiente si la sociedad necesita mejores ingresos, más solidaridad con los suyos y un mayor compromiso gubernamental? No, imposible. Si no priorizamos la escala social sobre la económica y finalmente la ambiental es muy posible que sólo logremos ciclopistas elevadas en zonas económicamente desarrolladas que se olvidan por completo de la banqueta y la accesibilidad universal. Esto no significa olvidar lo ambiental o lo económico, sino incorporarlo al desarrollo social, y no como programas, sino como ciudadanía.

Enfocarnos en proyectos sociales se refiere en voltear a las comunidades y tomar proyectos para el desarrollo, no llegar de forma externa para imponer. La solución a nuestras ciudades y a la desigualdad que nos aqueja está en las mismas banquetas, en los mismos núcleos de calle y colonia. ¿Qué propuestas tienen sus habitantes? Tanto en asentamientos humanos irregulares en India como en México hay ideas y hay propuestas. ¿Qué estamos haciendo con ellas? Como sociedad podemos llegar a tener idea de que en las Instituciones gubernamentales o educativas están las soluciones, y la verdad es que no. Hoy las Universidades reconocen que solas no pueden lograr mucho, no sin antes empoderar a nosotros los ciudadanos, de brindarnos la seguridad que somos como unidad lo suficientemente capaces de transformar nuestro entorno, de mejorar nuestras condiciones de vida. Necesitamos apoyo, por supuesto, pero las soluciones nacen en nuestras propias casas.

México e India comparten objetivos y capacidades humanes reales. El hambre de salir adelante, de mejorar nuestro entorno sin perder nuestra cultura ni nuestras tradiciones, es eso lo que como seres humanos metidos en sistemas urbanos en desarrollo o a veces en sub desarrollo buscamos. También compartimos la necesidad de una nueva generación ciudadana honesta y virtuosa que entienda el sacrificio por su comunidad, más allá de talento o títulos universitarios. La búsqueda de una felicidad real, y que solo es entendida como tal por cada una de sus culturas. Pobres o no, no es coincidencia que seamos países similares en condiciones de paz (México lugar 142 e India 137 en Vision ofHumanityPeaceIndex), o que resultemos ser unos de los países más felices en nuestras zonas geográficas (happyplanetindex.org). Sigamos trabajando.

*Profesor de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño. Tecnológico de Monterrey.

@dansavedra

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