“HORIZONTES”

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Tere MORA GUILLÉN


Diciembre 04, 2017

En mi gira académica por los caminos de Michoacán, ahora me tocó visitar Morelia. No dejan de sorprenderme los paisajes, los colores que en el trayecto deleitan la vista de los viajeros, y que van del azul del cielo, al ocre de las montañas, hasta el verde de la vegetación, colores todos ellos que varían por sus diversas tonalidades.

Qué les cuento de la gastronomía, ahora me ofrecieron los huchepos que son pequeños tamaleselaborados con elote tierno molido, al cual en ocasiones se le agrega leche. Tienen un sabor dulce y su consistencia es suave. A mi me los dieron acompañados con crema y queso fresco; un manjar para deleitar al paladar más exigente.

Imposible pasar por Morelia sin visitar el mercado "Valentín Gómez Farías", mejor conocido como el Mercado de Dulces y Artesanías, en el que uno puede encontrar desde joyas, jarrones, platos, ceniceros, carteras, cinturones y artículos elaborados en diversos materiales, desde: cobre, vidrio, madera, metal, cuero, palma, hilo, tela, laca, porcelana; en todos ellos se pueden observar la grandeza de las manos artesanas de los michoacanos que los realizan.

Difícil abstenerse de adquirir dulces de leche, jalea de membrillo y guayaba, cocadas, palanquetas, muéganos y otros chuchulucos para la familia.

El curso de Locución Incluyente que impartí a alumnos, todos comunicadores comprometidos del Diplomado de Locución y Periodismo, en el Sistema Michoacano de Radio y Televisión; fue un ejercicio fructífero, con gratas dinámicas y experiencias compartidas. Hago un paréntesis para agradecer a la Asociación Nacional de Locutores en coordinación con el gobierno de la entidad, ésta oportunidad que me brindan.

Desde luego agradecer a cada uno de los participantes que dieron lo mejor de si mismos. Además de la convivencia que me obsequiaron al término del curso, compartimos alimentos deliciosos, y celebramos la alegría de coincidir en esta vida.

Como digo es un viaje enriquecedor para todos con quienes departí, porque nos nutrimos al intercambiar ideas y conocimientos.

Una vez más constaté que los michoacanos son personas extraordinarias, que ponen alma y corazón a su actividad cotidiana. Desde los conductores que amablemente me llevaban del hotel al Sistema, a quienes agradezco me consiguieran en dos fines de semanas las tortillas recién hechas a mano con maíz puro, para traerlas a ésta nuestra Ciudad de México.

Llamó mi atención la limpieza de las calles de Morelia, la cordialidad de su gente, el orgullo de pertenecer a una Ciudad hermosa, y la prudencia con que conducen sus vehículos.

Tristemente lo anterior contrasta con la cotidianidad de los habitantes del Distrito Federal. Éste domingo leí en los diarios que la Secretaría de Finanzas del gobierno capitalino, hasta el pasado septiembre, recaudó mil 224.3 millones de pesos por infracciones, desde que se implementaron las fotomultas, sin embargo lo triste es que éstos recursos no se invierten directamente en mejoras viales, ya que son dineros de libre disposición. Ojalá y se tuviera un fondo transparente y obtener así una mayor seguridad vial.

Sabemos que nuestro México padece múltiples problemas, sin embargo si ponemos cada uno nuestro granito de arena siendo más responsables, precavidos, tolerantes, cuidando, y amando nuestra ciudad, la situación sería otra, muchos conflictos se resolverían y las cosas marcharía de la mejor forma para todos. Sintámonos orgullosos de habitar en nuestra Ciudad de México, y hagamos que nuestros visitantes se sientan como en casa, y se lleven una buena imagen de nuestra ciudad. Recordemos que somos el reflejo de dónde vivimos.

 

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