Reflexión para el inicio de un nuevo año 2018

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Adriana Amozurrutia Elizalde


Diciembre 31, 2017

Hoy es el último día del año, estamos cerrando un ciclo en nuestras vidas, y mañana se abre otro frente a nosotros, pleno de posibilidades. En estos momentos de cierre y apertura, podemos hacer una breve pausa para reflexionar sobre lo que hemos construido hasta este momento, los logros, las alegrías, las tristezas, los conflictos y los momentos de solución. Hagamos una pausa para cuestionarnos sobre la felicidad.

Todos queremos ser más felices, la felicidad es un tema central en muchos sistemas de pensamiento: religiones, corrientes filosóficas, tradiciones espirituales y terapias. La búsqueda de la felicidad es una tarea constante, pero vivimos con prisa, con angustias, con miedo, ¿dónde está la falla?

Buscamos la felicidad en lugares donde hemos aprendido que debe estar, a todos nos han contado el cuento de la felicidad. Desde esta perspectiva, la felicidad es una construcción social, la buscamos en aquello que nos han dicho que debemos poseer para alcanzarla, o en aquello que debemos hacer para ser felices.

La buscamos en un auto, en un reloj, en un viaje, o en una situación. Muchos dicen: cuando vaya a tal lugar, cuando conozca a la mujer ideal, cuando tenga a la familia, cuando compre la casa. Y cuando ya compré la casa, espero que la felicidad llegue cuando termine de pagarla, porque me siento infeliz cada mes cuando hago el pago de la hipoteca. Consigo el coche que quería, que creo que me hace feliz, y me lo encuentro con un rayón, y me siento profundamente agredido. Parece que tengo la felicidad, pero me la arrebatan.

La felicidad no llega nunca, siempre estamos al borde, pero no la alcanzamos. La miramos, pero no podemos tocarla. Y esto es porque nos hemos creído la mentira que nos han contado, no hemos entendido qué es y cómo podemos encontrarla, y vivimos en esta búsqueda continua que nos genera frustración y neurosis. Estas creencias y costumbres que nos hablan de la felicidad se encuentran arraigadas a la persona, pero tenemos que renovarlas y cambiarlas por otras para que podamos encontrar la felicidad donde realmente está. No encuentran la felicidad porque no existe como algo o alguien más que me va a hacer feliz, que tengo que buscar y encontrar. Esto no existe.

Si buscamos la felicidad fuera de nosotros mismos, no la vamos a encontrar nunca, siempre va a ser la zanahoria atada al final de un palo y nosotros el burro que intenta alcanzarla, sin éxito. Bertrand Russel nos dice que la satisfacción de los deseos no nos permite alcanzarla y "el primer paso hacia la felicidad consiste en liberarse de la tiranía de las creencias y amores de la infancia", de las mentiras que nos han contado.

Deepak Chopra, médico y escritor, dice en su libro El Sendero del Mago que la felicidad es dar, cuando nos convertimos en dadores comenzamos a crear para otros.

La felicidad hay que crearla a cada momento. Está vinculada al desarrollo mismo de la persona. El encontrar aquello que te hace feliz le confiere el mayor sentido de plenitud y realización a una vida, la felicidad es una construcción continua. Sólo que hay que descubrir, qué le da plenitud a la persona.

Justo en el límite, en este día que termina el año, debes cuestionarte: ¿qué te hace feliz a ti? ¿qué te hace sentir bien como persona? ¿Qué te hace sentir más pleno? Los propósitos de año nuevo podrían considerarlo.

Que este año que inicia sea un tiempo de descubrimiento y crecimiento personal.

 

 

*Profesora de Cátedra del Tecnológico de Monterrey en Puebla

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Las opiniones vertidas en este espacio no reflejan el ideario del Tecnológico de Monterrey en Puebla.

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