Queremos que nos devuelvan El Relicario

Por las razones que hayan sido, el recinto lució pésima afluencia de espectadores

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Es un hecho que en Acrópolis, el centro de espectáculos poblano donde se ofrecieron tres corridas en 17 meses que lleva de funcionar, no se dará ni una toreada más. Es cierto que hubo un par de novilladas prácticamente a puerta cerrada, éstas fueron sin picadores… y sin público.

Para que no haya duda solo hay que recordar lo mencionado por el empresario "Palillo" cuando dio a conocer los carteles de la feria del pasado mes de mayo: o se llenan las localidades o no habrá más corridas.

Por las razones que hayan sido, el recinto lució pésima afluencia de espectadores.

Quedó claro que aquel sitio no dará un festejo más, prácticamente le dieron el réquiem a la tauromaquia

Se puede pensar en colocar una plaza portátil, no deja de ser una posibilidad, pero no es la mejor opción.

Si la ciudad de Puebla tiene su propia plaza de toros, por qué diablos tenemos que andar buscando un lugar para festejos taurinos. Evidentemente, me refiero a la plaza de toros El Relicario, ubicado en la zona histórica de Los Fuertes.

El gobierno debe tener en cuenta que las corridas de toros, independiente de la aportación histórica, de tradición y cultural, son generadoras de una abundante derrama económica. Asimismo de empleos directos e indirectos.

En una época en que los ciudadanos se truenan los dedos de angustia porque no hay muchas formas de llevar pan a sus casas, deberían fomentarse actividades lícitas que generen opciones para ganar dinero.

Durante la feria de mayo del año pasado, mientras que en el centro de espectáculos se efectuaban corridas de toros, en la plaza de toros el gobierno la prestó para lucha libre, rodeo y acrobacias de motocicletas.

¡Qué absurdo!

Había un convenio del gobierno con los accionistas de Acrópolis en el que el único lugar que donde autorizarían corridas, era precisamente el centro de espectáculos.

Pero si Acrópolis declinó organizar festejos, ya no hay de otra sopa, ni tenemos que andarle buscando ubres a las gallinas, es tiempo de echar andar El Relicario.

Extraoficialmente se sabe que el terremoto de septiembre pasado no hizo estragos en la construcción del coso, así que salvo las adecuaciones propias del abandono, El Relicario está en condiciones de funcionar. El techo que cubría la plaza se fue en una granizada hace unos seis años, ni siquiera es necesario reponerla.

No siempre caen aguaceros y granizadas como el 5 de mayo de 2016, en la corrida más reciente que se efectuó ahí.

¡Si llueve nos mojamos!

El dinero que se requiera para habilitar la plaza lo pondrá el nuevo empresario, será como pago por la renta de la plaza. Al gobierno no le va a costar ni un peso que se eche a andar El Relicario.

¿Qué se necesita para que el coso inaugurado en noviembre de 1988, abra sus puertas nuevamente?

Sólo buena voluntad del gobernador José Antonio GaliFayad. Que le dé luz verde a la secretaría de finanzas para que la licite inmediatamente.

Imposible esperar hasta el mes de abril para designar a los nuevos empresarios. Comprar toros, contratar toreros debe hacerse con anticipación, ya estamos retrasados. Además, vendría bien calentar el ambiente con unos festejos antes de mayo de 2018.

Sintámonos con obligación todos los profesionales de la fiesta, taurinos y medios de comunicación de decirle al gobernador mediante cartas, mensajes en las redes sociales, dirigidos al gobierno del estado y la secretaria de finanzas para decirles: queremos que nos devuelvan El Relicario.

 

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