Martha Erika, candidata sin consenso, pero con mucho dinero para cumplir un pacto presidencial

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Parafraseando al extinto líder cetemista Fidel Velázquez, diré que en Puebla la caballada esta famélica, que PRI y Morena no tendrán ni siquiera capacidad para jugar un round de sombra con la candidata del morenovallismo. En efecto, apostamos a que la oleada de Andrés Manuel López Obrador y Morena no alcanzarán a su candidato para contrarrestar el impresionante operativo estructurado en favor de la maestra Martha Erika Alonso Hidalgo.

En el PRI, hay que decirlo, la estructura de captación de voto es localista y en su momento fue mermada por el propio morenovallismo, se mueve entorno de aquellos que añoran recuperar el poder, pero en la entidad ya no se trata de aquella famosa y vieja aplanadora, las costumbres priistas fueron rápidamente asimiladas por quienes hoy gobiernan Puebla.

La realidad es que entre el doctor Rafael Moreno Valle Rosas y el doctor Ricardo Anaya no hubo acuerdo y el único pacto entre ambos es para contener el voto de Morena en el estado. El verdadero pacto que existe es entre el presidente Enrique Peña Nieto y el exmandatario poblano.

Como en Puebla prácticamente no existe el Partido Acción Nacional, sino una fuerte corriente política llama morenovallismo, cuyo padre es precisamente el esposo de quien se perfila como candidata al gobierno, es obvio que ambos tienen carta abierta para operar las siglas del PAN.

Nada extraño sería que en la fórmula para presidente municipal la otrora primera dama del estado se presente con Luis Banck Serrato y no como algunos auguran, es decir, con Eduardo Rivera Pérez, quien sería en su caso invitado a una curul federal.

La verdadera labor a desarrollar en Puebla en el próximo proceso electoral por el padre del morenovallismo es la contención de voto presentando a su esposa como candidata con un derroche total de recursos económicos, pero además buscando para sí la senaduría por la entidad para, en su momento, coordinar la respectiva bancada. No debemos pasar por desapercibido que el propio doctor Rafael Moreno Valle podría hacer historia en la entidad, pues frente a él no opera el principio Constitucional de sufragio efectivo no reelección.

Muchos son quienes pretenden levantar al priismo por la vía de Enrique Doger Guerrero y muchos son los que también saben que frente a los primeros cañonazos del morenovallismo este candidato puede sucumbir.

Es incuestionable que la maestra Martha Erika Alonso Hidalgo se presentará como candidata del Partido Acción Nacional, sin consenso de la vieja guardia de dicho partido, pues quienes la integran hasta la fecha permanecen agazapados ante la corretiza que les propinará el morenovallismo que, reitero, carece de contrincantes serios.

La pasividad mostrada hasta ahora por Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta es desesperante para los seguidores de Morena en la entidad y pareciera que su llamado por parte de Andrés Manuel López Obrador fue simplemente para descalabrar al PRD, ello por lo que en su momento representó la salida de Barbosa de dicho partido. Así que si los morenistas quieren resultados deben decir al exsenador que se ponga las pilas.

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