El acceso al servicio público de salud en Puebla después del sismo

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Gabriela HERNÁNDEZ M.


Marzo 18, 2018

La constitución política de los Estado Unidos Mexicanos establece en el artículo cuarto constitucional "el derecho a la protección a la salud y reconoce que el Estado a través de la ley deberá establecer las bases y modalidades para el acceso a dichos servicios". Es bien sabido que con posterioridad al sismo del pasado septiembre 2017, hospitales públicos poblanos sufrieron grandes daños al grado de dejarlos inhabilitados, causando así la sobrepoblación de otros nosocomios y su sobreexplotación en todos los sentidos.

En el mobiliario como las camillas, sillas de ruedas, sábanas, colchonetas, monitores y demás se verá más que pronto el desgaste, o tal vez ya se está viendo, la inversión a los hospitales en cuanto a mobiliario es inminentemente urgente, y en cuanto a inmobiliario es aún más, puesto que las operaciones son pospuestas por la falta de quirófanos al grado de tener que trasladar pacientes de un nosocomio a otro por falta de cupo o tiempo de atención.

Sabemos bien que, el servicio de salud del que hablamos es público y que la atención médica es invaluable para las personas que no tienen recursos y que por ende les resulta inaccesible acudir a un hospital particular, pero también es invaluable la vida de cualquier ser humano, rico o pobre, hombre o mujer, adulto o niño; en tal sentido se debe cuestionar críticamente: ¿En dónde están los recursos que recibió México para enfrentar los desastres a causa del sismo? Sabemos bien que está en proyecto el siguiente hospital San Alejandro, pero en el transcurso hospitales como la Margarita, San José, el de traumatología y ortopedia por mencionar algunos están siendo abarrotados por el sinnúmero de enfermos. Los trabajadores ya sea médicos o administrativos presentan una sobrecarga de trabajo, que por lógicas y evidentes razones el cansancio extremo causará errores y negligencias en el servicio. Sin embargo, no se puede adjudicar dolo a dichos empleados, toda vez que las situaciones deplorables, de explotación, la falta de organización y metodología clínica son factores esenciales para el desenvolvimiento profesional del personal médico e involucrados, así que reconozcamos que este tema es meramente humano, de bienestar común y de equilibrio ético personal y social.

Se insiste, ¿en dónde está el recurso emergente para situaciones de desastre? México como nación recibió aportaciones económicas extranjeras, así como también cuenta con reservas o partidas presupuestales para casos de siniestro, la construcción de un nuevo hospital es parte de la resolución; pero no es la estrategia de contingencia, la contingencia es abrir lugares temporales para brindar el servicio médico y no solo abarrotar los centros de salud que quedaron en pie. Las personas acuden al nosocomio por enfermedades que deben ser atendidas como los cólicos renales, cólico vesicular, crisis epilépticas, por mencionar algunos, y resulta inhumano mantener al paciente con dolor en silla de ruedas, o si tienes suerte, en camilla sobre los pasillos del hospital por falta de camas y espacio, o que tu ingreso al hospital tarde más de seis horas por carga administrativa y laboral. No obstante, la espera no es la mayor afectación, sino que esto representa mantenerte sin ningún tipo de intervención médica aun y cuando presentes dolor. El servicio médico público en estos momentos resulta ser inhumano para todos, tanto enfermos como trabajadores, y por supuesto esto es inaceptable sabiendo que la nación cuenta con el respaldo económico para dichos momentos.

Gobernantes, este es un llamado de humanización, las personas enferman a diario y requieren del auxilio médico especialista, los enfermos no pueden esperar a que se inaugure el nuevo centro de salud, ellos requieren la protección y garantía de su derecho humano consagrado en nuestra ley máxima, en los tratados internacionales y en la doctrina misma. Los empleados a pesar de las horas extenuantes de trabajo están laborando y dando lo mejor de sí, y es justo que el Estado a través de sus servidores públicos competentes responda de la misma manera; es necesario y urgente contar con la infraestructura, insumos, mobiliario e inmobiliario temporal para enfrentar esta situación de emergencia.

Tengan presente que el dolor es parte de la humanidad, por lo que la ciencia, la tecnología y el gobierno han fraguado lazos para hacer más llevadero esta parte débil de nuestra especie, pero tal pareciera que ahora es la propia humanidad la que debe rescatarse.

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