Martes 20 de Marzo de 2018

Las colecciones de cuentos para niños han modificado el mercado editorial desde que se les colocó la etiqueta literatura infantil. Lo mismo ocurrió con la llamada literatura juvenil, etiquetas con las que no estoy muy de acuerdo. La editorial Media Vaca pone el dedo sobre la llaga: Los libros para niños no son literatura. "Mucha gente piensa que los libros para niños son importantes porque persiguen una misión educadora: convertir a los niños en hombres. ¿Qué esperamos los mayores de los libros?, ¿que nos entretengan los días de lluvia?, ¿que estimulen nuestra imaginación? ¿Y qué esperan los niños de sus libros? Llamémoslo literatura o llamémoslo como más nos guste, pero una cosa es cierta: los libros destinados a los lectores jóvenes deben cumplir exactamente las mismas exigencias que pedimos los mayores a los nuestros".

Con esa visión editorial, Media Vaca resurte el mercado infantil con diferentes títulos, nuevos y clásicos, todos llamativos, para niños y adultos, con cian, magenta, amarillo y negro. Libros de poesía, narrativa, de crónicas, Media Vaca tiene un catálogo en el que se incluye a Pablo Neruda y Antonio Fernández Molina, pero también aparece un libro con el llamativo título de Érase veintiuna veces Caperucita Roja.

In media res, es una expresión que se ocupa para indicar que una historia literaria comenzó a la mitad de la intriga. ¿Y por qué Media Vaca? "La vaca es un rumiante: se traga el alimento para más tarde devolverlo a la boca y masticarlo con tranquilidad. Exactamente de esa forma se deberían leer los libros: volviendo a ellos en diferentes ocasiones y masticándolos a fondo para asegurarnos una digestión placentera." Entre este tipo de oraciones y demás dibujos la visita por la página de la editorial resulta ser placentera para todos (mediavaca.com).

Sabemos que la mayoría de veces los libros para niños también están hechos para que los adultos los disfruten y también a veces para que no se nos olviden las enseñanzas básicas de la vida, como amarrarse los zapatos o seguir las instrucciones para llorar y reír (recordando a Historias de Cronopios y de Famas de Julio Cortázar) por eso "a excepción de los que se hacen para idiotizar, cada libro contiene el fragmento de un plano del tesoro (o al menos así se decía antes). Sólo cuando reunamos todos los pedazos seremos capaces de descifrar ese secreto que parece tan bien guardado. A veces uno se toma su tiempo. No es raro empezar a leer a los 7 años y ver que a los 77 seguimos con el mismo libro entre las manos." Con esto se nos recuerda que la lectura es un viaje que puede iniciar desde muy pequeños o que podemos retomar cuando la vida ya casi se nos está yendo, y a pesar de ello, jamás dejaremos de gozar, de sentirnos niños cuando abrimos por vez primera un libro.

 

 

Dirigida por Vicente Ferrer y Begoña Lobo, una de las excentricidades de la editorial –y que llevan muy bien a página web– es fomentar la curiosidad en los niños y los adultos. Para ello han puesto varios links sorpresa. Si usted, amable lector guajolotero entra a esta página, le animo a tocar lo que nos han dicho que en intocable, a ver qué es lo que pasa: hágalo, le aseguro que la curiosidad no mató al gato.

 

Editorial Media Vaca, Valencia, España.

@metaoscar*