Feminicidio, un crimen que nos lastima a todos

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Miguel Barbosa Huerta


Marzo 22, 2018

En Puebla el tejido social se ha debilitado. La sociedad está desolada, pareciera que cada administración compite con la pasada por ser más ineficiente. No sólo han sido incapaces de garantizar la seguridad y libertades que tenemos derecho a gozar, sino que en muchos casos, las propias autoridades, que deben ser garantes de la defensa de la gente, se han convertido en auténticos criminales, ya sea por su omisión ante un delito o por ser cómplices de los criminales.

Si de mujeres se trata, la violencia en Puebla es más punible, más profunda y ante esto, las autoridades más indiferentes. La violencia contra la mujer va en aumento; la hemos denunciado de manera insistente, sin embargo, la actuación del gobierno ante esta triste realidad en prácticamente nula.

El feminicidio es el asesinato de mujeres por el simple hecho de serlo. De acuerdo al estudio de la ONU "La violencia Feminicida en México, aproximaciones y tendencias", niñas, mujeres, jóvenes, adultas y de edades avanzadas viven en riesgo constante de sufrir algún tipo de violencia, y prácticamente todas, en algún momento de su vida, han sido víctimas o han experimentado amenazas por el simple hecho de ser mujeres.

Las cifras sobre violencia de género son escalofriantes. De acuerdo adatos del INEGI, violencia de género 2016, entre el 2007 y el 2016 fueron asesinadas en Puebla 707 mujeres. Cien feminicidios en 2017 y 18 en lo que va del 2018, de acuerdo a fuentes periodísticas.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares muestra un número impactante: 44.6% de mujeres poblanas han sufrido violencia por parte de su pareja.Estos vergonzosos datos nos obligan a pensar en lo que nos hemos convertido como sociedad para que este fenómeno exista. Es el momento de replantearnos lo que somos y la manera en la que estamos educando a nuestros hijos, también es el momento de examinar la educación que reciben en las aulas y lo que el Estado les ofrece.Es momento de llevar a cabo nuevas políticas públicas de educación para poder enfrentar y combatir este fenómeno creciente en nuestro estado;de respeto y de sensibilización para prevenir y combatir de raíz este grave asunto.

Estas cifras parecen no importarles a las autoridades estatales y municipales. Casos vergonzosos como que el director de seguridad pública de la capital, en lugar de hacer su trabajo y garantizar la seguridad de las mujeres, intentó criminalizarlas por portar gas pimienta, cuando ellas lo único que intentan es defenderse.

Las autoridades no ven los hechos, como el reciente intento de violación contra una alumna de la Ibero en las inmediaciones de la institución y son sordas a las manifestaciones de protestas como la que encabezó el propio el rector de esa universidad, Fernando Fernández Font, por la agresión que sufrió una de sus alumnas.

Resulta urgente elaborar protocolos de protección para las mujeres. La CNDH ha solicitado declarar Alerta de Género en nuestro estado y hasta ahora no ha sido activada por cuestiones políticas. La equidad es una demanda que debe atenderse con prontitud y de manera integral. No podemos flaquear un solo instante. Se debe aplicar la ley con todo rigor a los feminicidas y a cualquier persona que atente contra la integridad de la mujer.

No podemos pensar en un estado justo cuando nuestras mujeres están siendo vulneradas, violentadas, asesinadas. Cada una de ellas merecía estar segura, merecía vivir de manera digna. Cada feminicidio deja un daño irreparable en cada familia y en toda la sociedad. Ni un feminicidio más en Puebla, esa deber ser nuestra prioridad.

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