20 años después del Mezzanine

Sin duda 1998 fue uno de los años más prodigiosos para la música

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Sin duda 1998 fue uno de los años más prodigiosos para la música. Un nuevo milenio se asomaba y los 90 del siglo pasado dejaban rastros pequeños de melancolía, que tenían que ver con un grunge bien confeccionado pero también con un pop ligero que dejaba entrever un futuro incierto.

No sé a cuánta gente le debió haber explotado la cabeza en ese año tras haber escuchado el inesperado Mezzanine de Massive Attack, pero auguro que se crearon varios estruendos al terminar de disfrutar el álbum.

Justo este 27 de abril se cumplieron 20 años de este punto de inflexión para la banda de Bristol, y el resultado sigue siendo el mismo. Hay un estallido y zumbido en la cabeza desde que se escucha la primera canción.

Pero vayamos por partes, ¿por qué este trabajo fue tan importante en ese entonces? Hay una fila de respuestas. Iniciemos con que Massive Attack en esa década se había destacado por ser una banda respetable en Bristol, una ciudad de Inglaterra sustentada por su puerto comercial. En ese pequeño punto nació un nuevo sonido, el Trip Hop.

El triángulo de este género no sólo lo creaba esta banda, también estaba la delicadeza de Portishead, las cabezas importantes de Horace Andy, Tricky y hasta DJ Shadow. El común denominador era los samples de música negra. De hecho Massive desarrolló todos sus trabajos a partir de la confección del hip hop, rap, soul y reggae.

Por ahí échenle una escuchada delicada y precisa al Blue Lines, su primer álbum, uno muy ligero y delicado, pero delicioso. Tiene un cover fenomenal de William DeVaughn; sin embargo, también hay un acercamiento pequeño a espectros y texturas más rasposas.

Pero con su tercer álbum, Mezzanine, la banda se topó con su punto más potente que le hizo todo el honor a su nombre. Incluyó más metales, más rock, un aspecto sumamente oscuro y delirante.

El disco en esta ocasión tenía samples de Led Zeppelin y Velvet Underground, aunque también seguía el incontrolable rapeo en algunas piezas. Por ejemplo en Angel, esa majestuosa bocanada con la que abre el disco, introdujeron un sample de Last Bongo in Belgium, una canción de The Incredible Bongo Band, grupo clave para los inicios del hip hop y la música disco.

Después del Mezzanine, de sus videoclips, sencillos y alineaciones, ni Massive ni la historia musical volvió a ser la misma. La producción de Robert Del Naja y Neil Davidge fue básicamente salvaje y segura. Fue directo a nuestros estómagos y cerebros.

Siempre he creído que somos sumamente afortunados de vivir en un momento en el que existe esta banda. He tenido la oportunidad de verlos tres veces y no tienen ningún desperdicio. Pocas bandas suenan mejor que en sus discos, y en esa diminuta lista entra Massive Attack.

Por cierto, están de gira en algunos importantes festivales de Europa, un suceso extraordinario porque pocas veces lo hacen, así que no duden en que probablemente visiten a México nuevamente. Mientras les recomiendo que le hagan un pequeño homenaje al Mezzanine y lo dejen retumbar en sus cuerpos.

 

 

@dianegomez

 

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