La cultura mexicana es una de las más conocidas a nivel mundial. Gracias a la calidez de la gente y a la rica gastronomía, hemos logrado posicionarnos satisfactoriamente en muchos lados.

Prueba de ello es que los restaurantes mexicanos, hoy en día, pueden encontrarse en países del otro extremo del mundo como China o la India.

La bandera mexicana es sin duda un motivo de orgullo, especialmente para el turismo mexicano. No dudamos jamás en sacarla para la "foto del recuerdo" o para mostrar que somos mexicanos. Cuando nos encontramos a otro mexicano en el extranjero, no nos importa si es de Nuevo León o de Chiapas, lo tratamos con una hermandad y calidez inigualable. Nos ponemos la camiseta verde del equipo de futbol y gritamos a todo pulmón que somos orgullosamente mexicanos.

¿Qué pasa entonces con todos los mexicanos cuando nos encontramos dentro de México? ¿Por qué no podemos ser amables y corteses los unos con los otros? En plena época de elecciones podemos ver las contestaciones de "mentada de madre" en las redes sociales. En el coche a la gente volverse loca cuando alguien trae publicidad de un candidato político al cual no se apoya. Parecería que al salir de México nos ponen un chip que nos programa a tratar bien a nuestros compatriotas y se pierde cuando regresamos.

Dentro de nuestro país dejamos de ser la sociedad amable y cálida y nos volvemos secos e intolerantes. No ofrecemos los lugares en el autobús a los adultos mayores, ni respetamos los lugares de discapacitados en los estacionamientos. Ah, pero eso sí, cuando estamos de viaje nos comportamos perfectamente como ciudadanos modelo. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo cuando estamos dentro de nuestro país? Para que esto sea posible, lo más importante es el respeto a las diferentes ideas y opiniones. Todos gozamos de libertad de expresión, por lo que hay que ser tolerantes y comprensivos.

Es muy importante que en estas elecciones seamos tolerantes con respecto a aquellos que no comparten nuestra visión o nuestra postura. Para que podamos tener conversaciones enriquecedoras entre amigos y no pleitos. Hay que recuperar la unión del pueblo de México del que tan orgullosos estamos. No dejemos que las campañas políticas rompan con la armonía social. Seamos nosotros más inteligentes. Cualquier candidato a la presidencia ocupará el cargo por tan sólo 6 años, mientras que nosotros los mexicanos seguiremos formando parte de esta gran nación para toda la vida.

Seamos conscientes, ya que si seguimos por este camino lo único que vamos a lograr es una sociedad dividida lo cual por supuesto afectaría gravemente a la situación política y social de nuestro país.