Participación ciudadana, responsabilidad-obligación
Se piensa que con las elecciones presidenciales se obtendrá un cambio, no se sabe si para mejorar o no
Se piensa que con las elecciones presidenciales se obtendrá un cambio, no se sabe si para mejorar o no, pero obviamente se espera es un cambio benéfico. Debates, mesas redondas, foros y discursos se han realizado para examinar las propuestas de los candidatos a la presidencia. Sin embargo, lo único que se ha logrado percibir es que sólo hay una gran disputa por el poder, unos y otros argumentan el porqué su contrincante no debe ser presidente, pero ninguno ha argumentado con sustento fiable, real y legal su postura por la cual merece ser el líder de nuestro país. Y ya ni hablar de la ética y buena práctica profesional en la contienda, porque todos se han permitido caer en el juego de señalarse unos a otros argumentando inocencia propia y culpabilidad ajena. La mala práctica política en nuestro país es grave, las contiendas partidarias se han tornado en un reality show, en donde las empresas de publicidad, las propias televisoras, las imprentas y otros, logran hacer su gran negocio; y, aunque esto representa una momentánea derrama económica para unos cuantos, el costo de ser un "espectador indiferente, al estilo Arteta", resulta a la larga ser muy caro. En efecto, se puede considerar como muestra el debate de los candidatos a la presidencia, quienes desperdiciaron su oportunidad de dar a conocer, de viva voz, las estrategias, propuestas y proyectos que desarrollarían si es que alcanzaran la presidencia. Como ya se mencionó, sólo se han dedicado a señalarse entre unos y otros y olvidaron por completo sustentar sus posturas. Lo anterior resulta decepcionante, pero aún más decepcionante es ver que no hay acciones sociales que demanden la seriedad de los contendientes, no existe la manifestación empresarial formal respecto al cinismo que se mantiene en las campañas electorales; el ser observador y permanecer así no sólo nos convierte en un ciudadano pasivo e irresponsable, sino también parte del show. De acuerdo a concepciones de la responsabilidad del mismo autor citado, cuando eres parte de una comunidad y en esta no se logra el bien común, la capacidad de responder por aquellos factores que lo impiden, es de todos. La pregunta es así, ¿qué haces para tener candidatos presidenciales dignos del cargo? Si se piensa que ese es un tema ajeno y que es cuestión de los partidos políticos designar al candidato, no es del todo cierto, porque ese poder se ha ido delegando poco a poco con la apatía ciudadana, ya que también es obligación y responsabilidad de los ciudadanos vigilar y determinar las actividades de sus representantes. Ser un espectador indiferente, es volverte cómplice de los espectáculos falsos que se orquestan en la política, las cuales por lógica básica se sabe que no tienen sustento. Dejar pasar lo que sabes de antemano que es equívoco, no participar desde tu postura como ciudadano, profesionista y cooperar con la experiencia que ya se tiene por tantos años de lo mismo, no compartir esa experiencia con los que no la tiene para ayudar en la guía de este país, te hace responsable y corresponsable de los daños que se propician, porque aunque no seas directamente el que elabore proyectos no viables o falsos, aunque no seas el que organice proselitismo callejero, propaganda que sólo genera basura o no seas de los que está parado en las esquinas gritando el nombre de un contendiente (que en realidad no sabes ni quién es o el motivo del por qué lo haces) eres aquel que lo legitima con su silencio, con la indiferencia o apatía de no investigar los riesgos que conlleva no votar o anular tu voto, con la voluntad de aceptar un folleto o papel que ni siquiera te comprometes a leer; todo lo anterior y más hace de ti un agente responsable pasivo e indirecto. La participación ciudadana es crucial para la materialización y práctica del bien común, ¡eres ciudadano! ¿Sabes tus obligaciones? Una de las tantas es votar con conocimiento de causa, pero debes votar, cuidar tu medio ambiente, cuestionar la credibilidad y razón de ser de las campañas políticas, exigir que no te mientan y te ofrezcan propuestas lógicas, viables, legales que vayan encaminadas a un bien común. |
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