Jueves 21 de Junio de 2018

Por allá de 1996 Café Tacuba (en aquel entonces no se escribía Tacvba) lanzó un disco de covers titulado Avalancha de éxitos, en donde interpretaron varias rolas que se volvieron emblemáticas para la banda. Por ahí aparecieron Ojalá que llueva café de Juan Luis Guerra y Cómo te extraño mi amor que años antes Leo Dan volviera famosa. Pero quizá una de las canciones más representativas del disco fue Chilanga banda, una rola escrita por Jaime López quien para muchos satelucos era desconocido hasta ese entonces.

Nacido en Matamoros, Tamaulipas en 1954, alguna vez se le llegó a encasillar en el movimiento Rupestre; sin embargo, Jaime López ha estado más allá de cualquier moda o movimiento musical. Muchos grupos se han nutrido de sus canciones, de su forma tan descarada de enfrentar al mundo, de su ser fronterizo y de la contundencia de sus letras.

Jaime nos ha dado muestra de que en la cultura popular se encuentra una de las venas que más distinguen a la mexicanidad.

Heredero de José Alfredo Jiménez y Chava Flores, Jaime López rescata y revitaliza la música popular, lo mismo puede proponer el título para un disco como Desenchufado –como franca alusión y burla a los Unplugged de MTV– que un verso dentro de una canción como declaración de principios: "el dinero echa a perder las manos/y en la nariz te planta su puñetazo" de Nocaut del disco Por los arrabales. Lo que nos enseña que Jaime López no sólo conoce al mexicano a profundidad sino que además es un compositor que lee, que se nutre de la poesía, que no está de acuerdo con las rimas ramplonas y simples y que busca en cada una de sus letras llenarlas de ingenio. Un poeta en toda la extensión de la palabra.

El diario de un López es un libro publicado por Rhytm&Books en 2010 y con el prólogo de otro representante del rock mexicano: Pascual Reyes, cantante de la banda San Pascualito Rey. El libro contiene una edición facsimilar con ilustraciones de Manjarrez, en donde podemos leer de puño y letra lo escrito por el compositor de Blue Demon Blues. El libro funciona como lectura a manera de diario, al que López llama cariñosamente Darío, y al que vemos tomar forma no sólo de libreta de apuntes sino de personaje pues se convierte en aquel al que Jaime López le habla.

En las líneas del libro podemos encontrar los juegos lingüísticos que desde siempre han existido en la literatura de Jaime López: "Si dos por dos son cuatro, no veo por qué cuatro menos dos dejen de ser uno más uno ni que Unamuno haya dejado de pensar y escribir por llamarse Miguel. Algo le estaba pasando a la lógica, según Darío. Se ponía ya muy neurótica. Ella, no él, papá, pasaba distrayéndolo su hijita, echándole la culpa a la hermana y no al hermano. Entonces, jarrones rotos aparte, si se trataba del femenino era histérica, en sentido estricto. De la lógica cuántica a la lógica histérica, hay tan solo un paso y así el neurótico no era nadie más que Darío y todos contentos."

Con este libro y con todas sus canciones, nos damos cuenta que Jaime López no sólo esChilanga banda. Jaime López es un creador de imágenes a través del lenguaje. Utiliza las palabras para darle potencia y sonoridad a su vida cotidiana. Este libro es para todos aquellos que alguna vez han tenido la angustia de salir huyendo, no sin antes empacar su bistec.

El diario de un López de Jaime López (2010). Rhytm&Books, México.