Las turbulencias de The Carters
Este proyecto cierra la trilogía de discos que comenzaron a confeccionar Jay-Z y Beyonce
Beyonce y Jay Z aparecen delante de una de las obras pictóricas más importantes y famosas del mundo: La Gioconda, quien parece ser el personaje que vigila y da permiso de que esta pareja musical rasque entre las esquinas del Louvre. Esta escena, que corresponde al videoclip Apeshit, fue la que destapó asombro pero también turbulencias en la semana, tras publicarse el álbum debut de The Carters, llamado Everything is Love. Este proyecto cierra la trilogía de discos que comenzaron a confeccionar Jay-Z y Beyonce, y aunque la ambición fue demasiado lejos, este álbum no ha terminado de convencer, esto si comparamos sus discos anteriores como 4:44 o el Lemonade. ¿Por qué hablar sobre estos dos personajes? Porque han tenido más ruido alrededor que resultados apreciables. Everything is Love destapó una serie de temas un poco escabrosos para la pareja que se dice invencible y que se ha esforzado en proyectar un aspecto revolucionario, pero que a veces –peligrosamente- cae en la parte pedante. Comencemos por lo relevante, los sonidos de este disco sorpresa: contiene nueve canciones que se pueden tomar como agua, eso es ya muy positivo, porque no se sienten, son ligeras y en lo absoluto molestan. Por supuesto la producción es impecable y maravillosa, no se podría esperar menos de este proyecto en cuanto a su confección. En general es un álbum bueno, pero no hay himnos ni tampoco canciones que logren enganchar al escucha. Beyonce se muestra ligera en el álbum, tiene buenos aciertos como "Summer", la primera canción tranquila y más popera. O "Love happy", pieza que se cocina de la misma manera. Cuando terminas de escuchar este álbum, hay una sensación de vacío porque sus expectativas alrededor y su promoción, llegaron a ser tan exageradas, que el resultado, sorprendentemente, queda tan sólo en medio. En cuanto a las plataformas que tanto han defendido Beyonce y Jay – Z, este disco marca una separación a esa idea de sostenerse únicamente con TIDAL ( gran plataforma creada por la pareja con una fidelidad musical mucho más alta). Al percatarse que los resultados no han sido satisfactorios, han tenido que regresar a Spotify. Esto sí fue revolucionario porque hace algunos años aseguraron que el lanzamiento de TIDAL sería un parte aguas para consumir música actualmente. Ciertamente les funcionó un rato, pero a estas alturas ambos han claudicado. Ahora bien, la parte tal vez más delicada es el Louvre y sus ambiciosas tomas dentro de este importante recinto. La cosa ha ido en dos sentidos, el de promocionar un museo que ha reportado bajas en sus visitas ante los atentados de 2015 y las ganas de la pareja de querernos gritar que son monstruos musicales con mucho dinero y poder para poderse complacer caprichos. El video de Apeshit es maravilloso, pero sí deja entrever una serie de problemas dentro de los museos y sus intereses, que distan de la cultura y al arte, y que han tenido que inclinarse hacia las propuestas millonarias para sostenerse. Este video ha desatado un debate completo, y aunque no es una noticia que museos como el Louvre se renten para video clips o películas taquilleras, sí deja entrever cierta mafia y ciertos poderes por llegar a estar en la cima de la música. En conclusión, tengan muy en cuenta este tema, me parece que es relevante no dejarlo pasar. Tanto Beyonce como Jay – Z me parecen genios musicales en el pop y hip hop, sobre todo en la producción, pero temo que están desviándose hacía otro lado exagerado, y por consecuencia sus mensajes no logran llegar de manera correcta. ¿Ustedes qué opinan? @dianaegomez |
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