Martes 03 de Julio de 2018 |
"Un príncipe jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga como enemigo." Nicolás Maquiavelo
Viene una era de hegemonía morenista, con lo cual, como lo comenté en columnas anteriores, se reconfigura el sistema de partidos, teniendo como principal protagonista a Morena de AMLO, quien tendrá un enorme poder y una gran discrecionalidad para gobernará al país. La llegada de la izquierda a la silla presidencial es tal vez una ventana de oportunidad para el nuevo gobierno para reconocer, reconstruir y reconciliar al pueblo que ayer en las urnas castigó de forma brutal las malas prácticas, la corrupción, la narcoviolencia y una política de privilegios en los puestos de poder en México. Esta nueva era en la historia política nacional no se trata de tener una mejor persona en el poder ejecutivo federal, sino de reconstruir la legitimidad y confianza política perdidas en gobiernos priistas y panistas que no cumplieron con sus compromisos y que claramente dejaron de ser la primera opción política entre el electorado. En este sentido, el cambio político en México no sucedió ayer con el resultado de la elección que favorece a Morena en la elección presidencial en 30 entidades del país, es tan solo, el punto de partida para un nuevo periodo en la vida política nacional. La elección de ayer es un hito y un punto de inflexión para la forma de hacer política en México, es también, un día que recordaremos siempre porque el país giró a su izquierda, dispuesto a asumir las consecuencias de ello, en una coyuntura política marcada por la corrupción, la violencia y la profunda desigualdad que tiene sumida a más de la mitad de la población en una situación de pobreza y marginación. 3 de cada 4 electores votaron en contra del PRI; el voto antisistema reflejado en las urnas demuestra la enorme necesidad de cambiar el status quo. Fue una jornada electoral de contrastes porque a pesar de que tenemos muchas cosas que festejar, también hubo eventos que debemos lamentar y condenar. Entre los aspectos positivos, destacaría la concurrida elección que tuvimos ayer, en la que millones de ciudadanos se volcaron a las casillas para ejercer su voto, a pesar de los partidos de futbol del mundial de Rusia 2018. Fueron casi 60 millones de mexicanos los que salieron a la calle a decidir hacia dónde querían que se moviera el país, dando como resultado una renovación en las élites que nos han gobernado por décadas; lo cual creo que es natural y sano en una democracia, destacando el papel que jugarán un mayor número de mujeres en la vida política nacional, como será el caso de Olga Sánchez Cordero, quien será la primera mujer Secretaria de Gobernación en nuestro país. Otra cuestión que me dio mucho gusto ver es que los jóvenes sí se hicieron presentes, como observadores electorales, funcionarios del INE, electores y representantes de partidos; es una gran esperanza que estén haciéndose cargo de lo que les toca. Y, por último, y no menos importante, me pareció madura, sensata y prudente, la actitud democrática de parte los otros contendientes a la presidencia, al reconocer su derrota, mediante un discurso de civilidad y respeto al dar a conocer que la voluntad ciudadana no los favoreció esta vez. En otro sentido, lo que considero que empaña esta elección es el ambiente de violencia que se desarrolló en distintos puntos del país, como fue el caso del estado de Puebla; me cuesta trabajo creer que puede haber democracia en un entorno amenazado y condicionado, siendo imposible el pleno ejercicio de derechos y libertades, sin paz y con temor. Por otra parte, es condenable la actitud de los ciudadanos al arranque de la jornada electoral se desbordaron de forma agresiva en contra de los funcionarios de casilla porque tuvieron que hacer fila y esperara para votar; hecho que me pareció una falta de civilidad, respeto e inteligencia emocional, al no estar en los zapatos de quienes de forma voluntaria se encargaron de hacer valer el derecho a votar de casi 90 millones de electores. La compra y coacción de votos sigue siendo una práctica que realizan autoridades y partidos políticos y desafortunadamente siguen evidenciando el clientelismo político que no se ha podido erradicar en el país. Como balance general de la elección destacaría que es positivo que, a pesar de la situación política y social en diversas partes del territorio nacional, se haya instalado 99.79 por ciento de casillas. Con una participación estimada en más de 60 por ciento de la lista nominal, lo que implicaría casi 60 millones de votos, AMLO habría logrado 30 millones que lo convertirían en el Presidente más votado de la historia de su México y a su partido como la primera fuerza política, convirtiéndose en el partido dominante en los años por venir. En el recuento de los daños, una buena parte del electorado, tendrá que entender por qué ganó Andrés Manuel López Obrador, al tiempo que deberán pensar también por qué perdieron tan los otros partidos políticos. Con el nuevo sistema de partidos, considero que el PAN sobrevivirá, pero en una posición de poder significativamente disminuida, y en peor situación se encontrarán el PRD y el PRI por supuesto. Al Presidente electo le deseo una gestión exitosa y a quienes votaron por él, les sugiero que tengan comprensión y paciencia, porque resolver la inseguridad, acabar con la narcoviolencia y la corrupción para hacer del país la tierra prometida que propuso tomará su tiempo. El bono democrático que generó es altísimo en las condiciones que hoy tenemos, por lo que espero que sea recompensada la confianza política que los electores depositaron en AMLO; al resto del país le toca esperar y cooperar con él para poner en marcha la llamada cuarta transformación política de nuestra historia. Cada uno tenemos nuestra propia responsabilidad.Los empresarios ya respondieron y los mercados también, la iglesia, el medio del espectáculo, los partidos mismos, e incluso DONALD TRUMP. AMLO tendrá aliados en la lucha contra la corrupción, y como Jefe de Estado y eso es lo que necesita, así lo entendió al pronunciar su primer discurso como virtual ganador de la elección. A los ciudadanos nos toca reforzar los pesos y contrapesos al Poder Ejecutivo, ya que, al parecer, habrá un gobierno unificado, al consolidar MORENA una mayoría absoluta en el Congreso. Ese es el reto para la nueva oposición política por la vía partidista, así como para la sociedad civil, siendo esto apenas el comienzo de una nueva convivencia política. Y espero sinceramente que sea por el bien de México. *Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey @floresm_mx / info@reconstruyendociudadania.org |