Jueves 05 de Julio de 2018

Se acabó el mundial para México pero nos dejó un par de buenos goles, el triunfo sobre Alemania, y una frase que le ganó muchas críticas a Javier Chicharito Hernández: "imaginémonos cosas chingonas" en una entrevista a David Faitelson de ESPN.

Esta frase viene a colación ya que quizá el sueño de muchos jóvenes es un día ver cómo su trabajo rinde frutos. Y creo que puede ser en cualquier área del conocimiento, no necesariamente en el deporte. Estoy hablando de las ciencias duras, de la medicina y de las artes y humanidades. Hablando de las artes, esta columna guajolotera está dedicada el día de hoy al libro Cuentos Premiados Ibero Puebla 2014-2016, en donde se compilan los cuentos ganadores del Premio Nacional de Cuento Ibero para Jóvenes de Bachillerato, que en este 2018 desarrolló su Séptima Edición.

Aunque hace 50 años prácticamente era impensable que un joven pudiera publicar su trabajo literario, escritores como José Agustín, René Avilés Fabila y Parménides García Saldaña nos demostraron que imaginar es el primer paso para la escritura. Y algunos escritores jóvenes que ya han comenzado su carrera literaria en talleres o círculos de lectura en la preparatoria ahora pueden ver su trabajo en este libro, el cual tiene una introducción de Sebastián Pineda Buitagro, académico de la Universidad Iberoamericana Puebla y que no podría ser mejor: "La vida es un continuo gerundio del verbo adolecer, es decir, vivimos adoleciendo. No existe como tal la edad que llamamos adolescencia."

Siguiendo las palabras de Pineda, quiero referirme a que prácticamente no existe eso que llamamos "la mejor edad" para comenzar a escribir. Los cuentos reunidos en el libro expresan temas que sacuden a los lectores, que son un disparo a la conciencia de las sociedades de donde emanan. La diferencia que encuentro en los cuentos de los jóvenes ganadores y de aquellos escritores a los que llamamos consagrados radica en la técnica narrativa y en la vivencia, que por supuesto se adquiere conforme pasan los años.

La reunión de estos cuentos nos ofrece un panorama de lo que los jóvenes entre 15 y 18 años están pensando, están viviendo y experimentando en carne propia. Se trata de 11 cuentos que nos explotan en las manos, que se zambullen en lo más profundo del alma de un joven y que emergen con un texto filoso entre los dientes.

Nuestro error como lectores sería pensar que se trata de cuentos flojos o que rayan en la cursilería. Aquí se nota el germen de una escritura que irá creciendo conforme avancen los años. Mención especial quisiera hacer de Alan Robles (su cuento Señorita Tfue tercer lugar en la edición de 2015), Rebecca Durán (su cuento Amor de padre fue primer lugar en la edición de 2016) y Brandon Vázquez (su cuento La poetisa fue segundo lugar en la edición de 2016) pues son exalumnos de la Preparatoria Emiliano Zapata de la BUAP. Sus cuentos son potentes, nos hablan de la soledad y del desamor, de la muerte y de la incógnita que es la vida.

Sin duda, la literatura y este libro nos hará imaginarnos cosas chingonas y hacer de este país un lugar más habitable.

Cuentos Premiados Ibero Puebla 2014-2016 (2018). Universidad Iberoamericana Puebla, México.