El arte de rememorar

¿Qué se hace cuándo tras la muerte de tu padre recibes una carpeta con reportes y fotos de sus andanzas

¿Qué se hace cuándo tras la muerte de tu padre recibes una carpeta con reportes y fotos de sus andanzas periodísticas en el ámbito del ciclismo?, ¿y cuándo tras el fallecimiento de tu madre recibes más fotografías y recortes? En el caso de Paco Ignacio Taibo II, escribir una novela que reconstruye las luminosas peripecias de un joven Paco Ignacio Taibo I (piti), su padre, y da testimonio de una época oscura para los reporteros españoles.

Guiado las crónicas del incipiente periodista deportivo que fue su padre, Taibo II rememorala formación reporteril de unamirada que perdurará a lo largo de la vida del autor del inolvidable Gato Culto y de unas cinco decenas de libros.

La libertad del ciclista (Planeta, 2018) está construida por los recortes, la investigación hemerográfica, el buceo en internet y la memoria de pitii. "Una memoria que no oculta la nostalgia ni el vacío".

Durante la etapa franquista, piti toma refugio existencial en el periodismo porque "se negaba a ser oficinista con su padre en una empresa consignataria de buques, donde lo más impresionante que se podía hacer era tramitar permisos de importación para un barco cargado de plátanos". Como consignará en sus memoria el propio periodista, era una "mala época para el oficio, me dijeron, no podrás contar lo que te importa. Pero ya no podía esperar a que el dictador se nos muriera". Así era la vida para los hijos de los rojos tras la batalla perdida.

Pero en el año 56 del siglo pasado, pitienloquece y "se ofrece voluntario para seguir como enviado especial la Vuelta Ciclista a España". En ese momento su única herramienta era la habilidad para contar historias.

Y entonces descubre la épica de los ciclistas, la orquestación de las fugas, el resguardo del líder por parte de su equipo, la debilidad de los competidores españoles y, especialmente, la figura de los que sufren pero perseveran sobre los pedales tanto como él necea en capturar la épica de lo efímero y la derrota. Por eso, junto a sus crónicas se publican otras que sí hablan de posiciones, líderes y récords.

En ese espíritu, el periodista escribirá desde Gijón: "Oh, qué días tan jóvenes y tan ardientes, cuando el sol me iluminaba a través de los diluvios y yo escribía en una máquina portátil, sentado a veces en una oficina ante la oficina de prensa para llegar el primero a los teléfonos y contar la historia de la jornada, que para mí y para el asombro de los lectores, muchas veces no era un jubiloso elogio del vencedor, sino la patética carrera de un hombre destruido y envuelto en barro que llegaba a la meta cuando las flores, las muchachas y los jueces se habían retirado". Es el reportero asombrado porque su crónica no corre para chupar la llanta del líder del pelotón o del fugado, sino que retorna hasta encontrar al sufrido último ciclista que, incapaz de asumir el abismo entre sus esfuerzos y la meta, manteníala inútil e infatigable rodada.

Es, de alguna manera, la mirada periodística afinando su independencia, perfilando una manera de rodar a contracorriente, estableciendo que lo importante no es la luz de lovitoreado sino la obsesiva y oscura mirada que ve alejarse a los demás ciclistas.

Después, la Vuelta Ciclista a Asturias para documentar que el ciclista español "Antonio Suárez sigue defendiendo su puesto como un bravo. […] Tiene el maillot prendido con alfileres, flotando sobre un mar encrespado que ruge bajo sus pies".

Así, de competencia en competencia, pitidocumenta las miradas y traduce los avatares del deporte físico al lenguaje de la sensibilidadpesarosa: "¿Sabe usted lo que es una etapa contrarreloj? Los técnicos dicen que es la muerte sobre la bicicleta. Todos los impresionables decimos que es un hombre solo, abandonado".

En el 57, por fin, el periodistasale de España para cubrir el Tour de Francia.Como todos esos ciclistas a los que da voz, él, el nuevo, el aprendiz, cruza la meta y deja atrás su país. Por ello, consigna: "los ciclistas me iban a permitir saltar la frontera, ver el mundo y conocer a ese tipo de gente, que por regla general estaba encerrada en sus casas o en sus cárceles". Así, entre crónicas y accidentes, madura la voz del reportero y se fragua el traslado familiar a México, donde, "y sin embargo", fue feliz.

Memoria familiar, novela, diálogo filial, ajuste de restas… La libertad del ciclista invita a preguntarse qué podemos hacer con las herencias paternas, ¿cómo redimensionarlas y compartirlas? En lem buscamos respuestas.

 

*Centro de producción de lecturas, escrituras y memorias (lem)

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