Y al cuidador. ¿Quién lo cuida?

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Mónica CANO


Julio 30, 2018

Un día llegó la señora Lilia a consulta, se le veía cansada y un poco atareada, venía con sus dos hijos Mario y Roberto. Al preguntarle a la señora cómo estaba, se le llenaron sus ojos de lágrimas y con voz entrecortada me contó que Mario acababa de salir del hospital, estuvo muy grave y hubo un momento en el que pensaron que no la iba a librar. Afortunadamente el menor respondió al tratamiento y se recuperó. Pero ahora teníamos una madre agotada física y mentalmente, por el sube y baja emocional que había vivido y que aún estaba lejos de terminar.

Ésta es la realidad que viven a diario muchas de las madres de niños con cáncer, se dedican por completo al cuidado de sus hijos que se olvidan por completo de sí mismas, afectando su salud física y mental. Existe un síndrome llamado "síndrome de desgaste del cuidador primario". Este consiste en el agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal del cuidador. La exacerbación de lo anterior puede derivar en el descuido e incluso maltrato de la persona enferma. Si bien la señora Lilia estaba lejos aún de desarrollar el síndrome, requería atención inmediata.

Para estos pacientes el seguimiento terapéutico es imperativo. Así mismo, se promueve el desahogo emocional y el autocuidado, que incluyen técnicas y actividades de relajación, buen dormir, tiempo para sí mismos, ayuda con el menor y actividades de distracción. Pareciera muy fácil dar esas indicaciones, sin embargo, muchas de las madres sienten mucha culpa al tomarse un tiempo para sí mismas. Por el contrario, más que un acto egoísta es promover el bienestar para poder seguir cuidando al menor.

Cuando le pregunté a Lilia la última vez que se había relajado o dormido bien, no pudo ni siquiera recordarlo. Le di las indicaciones y sólo me miraba con incredulidad al no creer tener el tiempo. Cuando analizamos sus horarios, descubrimos que había muchos espacios para llevarlos a cabo. Quizá no se resolvió el problema de Mario en ese momento, pero pude ver a una madre más tranquila ese día. Debemos recordar que el cáncer no sólo afecta a quien lo padece, también a la familia y principalmente el cuidador primario. Si conocen a alguien en esa situación y con las características que mencioné previamente, no duden en ayudarlo. Son quienes más lo necesitan.

En Una Nueva Esperanza, asociación para niños con cáncer velamos por el bienestar psicológico y emocional, súmate donando a esta noble causa.

*Psicóloga

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