Miércoles 01 de Agosto de 2018

 

Aprender a dudar es aprender a pensar.

Octavio Paz

 

Estimados lectores, como seguramente ya es del conocimiento de muchos de ustedes, el virtual presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha dado a conocer a la opinión pública el nombramiento de Juan Ramón de la Fuente como el próximo Embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cargo que deberá ser ratificado por el Senado, y del cual, me gustaría hacer algunos comentarios, con relación a las nuevas relaciones internacionales de México.

En primer lugar, creo que debemos reflexionar sobre cómo llega a este cargo Juan Ramón de la Fuente; recordemos que esta es una invitación que anteriormente AMLO le hizo también a Alicia Bárcena Ibarra, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) durante los últimos diez años, precisamente por lo cual, no aceptó un posible nombramiento. Funcionaria que no solo tiene una amplísima trayectoria en desarrollo sostenible, medio ambiente y economía, sino una intención legítima de continuar desarrollándose en la institución que la ha mantenido a la cabeza por su capacidad y resultados.

Situación similar a la que ocurrió con el futuro canciller mexicano, Marcelo Ebrard Casaubón, quien también tendrá que ser ratificado por el Senado y en circunstancias similares fue propuesto como segunda opción para el cargo de Secretario de Relaciones Exteriores, luego de haberse dado a conocer durante la campaña la postulación de Héctor Vasconcelos, diplomático del Servicio Exterior Mexicano (SEM) para tal encomienda, aunque finalmente este último se quedará con una Senaduría.

En segundo término, haciendo a un lado la forma en que el próximo mandatario de la nación está repensando el perfil de la diplomacia mexicana entrante, debe reconocerse que en este caso se incorporaría uno de los personajes de la vida pública más respetables e incluso más nombrados en su momento para ocupar la silla presidencial; aspiración que nunca concretó Juan Ramón de la Fuente, aunque podemos ver que su interés por participar en la política mexicana no era al frente del gobierno, sino en otra trinchera, que será durante el próximo periodo presidencial frente a la ONU, liderando las tareas del gobierno federal en dicho organismo internacional.

¿Pero quién es Juan Ramón De La Fuente? es médico psiquiatra de profesión, fue Secretario de Salud durante el sexenio de Ernesto Zedillo, cargo que le permitió encabezar importantes tareas del más alto nivel en el sistema de las Naciones Unidas como consultor, vicepresidente de la Asamblea Mundial de la Salud, presidente del Consejo de la ONU contra el Sida y presidente del Consejo de la Universidad de la ONU. Como funcionario público también fue rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por casi una década; siendo actualmenteprofesor emérito de dicha casa de estudios.

Dos prioridades serán la tarea fundamental del representante de México ante la ONU:

  1. Transparencia y combate a la corrupción.
  2. Derechos humanos.

Con esta decisión, se va consolidando una de las áreas estratégicas de la siguiente administración pública federal, no sólo con los nombramientos de los responsables de las relaciones internacionales, sino con el equipo de trabajo que deberá coordinarse para representar los intereses en el mundo, priorizar los principios de política exterior del sexenio y enfrentar los desafíos de una agenda global en la que México jugará un papel fundamental en la paz y seguridad internacionales, así como en otros temas que superan los encargos que AMLO ya le hizo a quien posiblemente sea ratificado por los legisladores: combate a la delincuencia, desarrollo sostenible, desarrollo económico y social, entre otros.

Por último, me parece que es un equipo interesante para impulsar las relaciones de México con el exterior, ya que AMLO le ha confiado a Marcelo Ebrard la tensa relación que existe actualmente con Estados Unidos en materia de seguridad, el TLC y la migración; y, por otro lado, Juan Ramón de la Fuente representa a uno de los miembros del gabinete con mayor prestigio y reconocimiento, no solo nacional, sino internacional, que vendría a hacer una mancuerna estratégica para el nuevo cuadro diplomático, particularmente en la ONU. Personajes afines en su visión sobre asuntos de interés público y que han impulsado tanto la despenalización de las drogas como del aborto, por ejemplo. Creo que no es coincidencia que se propongan juntos y en este momento. Esto es parte de la personalidad del nuevo cuerpo diplomático, y llegará el tiempo de evaluar cómo funciona esta nueva visión con el servicio civil de carrera que aún no logra representar a la cancillería, pero que hace funcionar el aparato público; ya lo veremos, por ahora, dudar al menos nos hace pensar.

*Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey

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