El mapa no es el territorio
Seguro que has escuchado muchas veces el "debería". Tal vez tú mismo eventualmente usas esa expresión. Yo la uso, aunque cada vez menos.
Fulano debería hacer tal cosa. El cliente debería entender. El proveedor debería entregarnos el producto.
Hay personas que viven en el debería, y cuando la realidad sucede, se frustran: lo que debería ser no es o no fue. Por ejemplo, un padre dice: "Mi hija debería ser ingeniera", pero ella decide ser socióloga.
Es extraño cómo nos engañamos, haciendo un mundo ideal, que no es, que no fue, y que tal vez no será, en vez de comprender y actuar en el mundo que sí existe tomando responsabilidad de planificarlo y hacer realidad tales planes.
Es necesario tomar tal afirmación con las reservas que apliquen. No me refiero a que uno no deba planificar o establecer un escenario ideal de lo que espera, pero hay una brecha entre hacer un plan y hacerlo realidad. El plan no garantiza que suceda en la realidad, depende de que quienes hicieron el plan hayan comprendido la realidad y asuman la responsabilidad de realizarlo.
Al respecto, la analogía de que "el mapa no es el territorio" es bastante ilustrativa. Y es un hecho. Hay personas que se enredan leyendo un mapa, y pueden confundirse terriblemente con él. Incluso las personas que los saben leer muy bien pueden estar en complicaciones cuando consideran que el territorio debe ser como el mapa. Una ciudad, una colonia, una manzana están en una dinámica constante, se transforman recurrentemente.
Lo mismo ocurre si se hace una nueva calle, o se cambiala numeración o el nombre de la calle.
Sucede incluso con las herramientas actuales de geolocalización. Por ejemplo, al trazar una ruta, nos enfrentamos a la eventualidad de cierres de calles, choques, etc. ¿Esto afecta al uso del mapa? Sí, pues hace inviable usar recorridos que serían típicos. También, hay diferencias con sentidos de calle o restricciones de velocidad.
De esta forma, cuando una persona está en recorrido puede usar el mapa de guía, pero el territorio determina el recorrido, sobre el territorio trazará y operará sus rutas, aunque las represente en el mapa.
Lo mismo sucede con los "debería". Funcionan como representación, pero no son la realidad.
En ocasiones, una persona puede quejarse de su empleado: "debería entender cómo hacer las cosas", "debería esforzarse más"; o bien de su jefe: "debería reconocer el trabajo hecho", "debería realmente ponerse a trabajar", "debería de invertir en vez de gastarse los ingresos en sus lujos". Es muy probable que todos estos "debería" terminen en frustración para quien los emite. Ese efecto es evidente y nocivo, pero estos "debería" ?cuando se señalan después del hecho que se "indica"? reducen la capacidad de la persona para tomar responsabilidad y la meten en un callejón sin salida.
Usando otra analogía: es como tener un bote con un hoyo al fondo.Una persona lo empieza a llenar con agua. ¿Qué ocurrirá con el agua? Sí. Así es, se vaciará, se irá por el hoyo. Y la persona se indigna, se molesta, lanza improperios porque el agua se fue, y alguien más le pregunta: "Pero, ¿qué esperabas?" y la persona responde: "¡El agua debería haberse quedado en el bote!" Esto es un sinsentido, ¿cierto? Para que el agua se quede en el bote, necesita un bote sin agujero. La persona que se queja de que el agua se fue, al hacerlo evade su responsabilidad de haber vaciado el agua en un bote con un hoyo.
Al respecto, no me refiero a que se requiera despedir a la persona que no hace su trabajo competentemente (aunque en muchos casos, los directores, gerentes o jefes sí requieran ser reemplazados de inmediato por ello). Me refiero a que se requiere usar los "debería" sólo como guía y actuar sobre lo que sí hay. Me refiero a que para andar un camino los mapas son sólo herramientas, pero lo que vale es el territorio. Otro camino es la desesperación, la frustración, el malestar y el desgaste, ¿cuál eliges?
