El hermano está muy rebelde...

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Mónica CANO


Septiembre 24, 2018

La señora Nadia llevaba alrededor de tres años con el tratamiento, tanto ella como su hija Melinda ya se encontraban más que adaptadas al proceso de la enfermedad y todo indicaba que la familia también. Sin embargo, surgió un comentario que no había mencionado en consultas anteriores, su hija mayor Elia estaba muy rebelde en general y agresiva con Melinda, a pesar de que ya la había regañado y castigado varias veces. Se le preguntó acerca de cómo había tomado el diagnóstico de su hermana y comentó que lo había entendido desde el inicio porque ya estaba grande.

El caso de la señora Nadia es el mismo de muchas madres con hijos que padecen cáncer. Ya he mencionado anteriormente que el cáncer no afecta sólo al niño, afecta a toda la familia y es esperado que el resto de los hijos tengan diversas reacciones al respecto. Algunos tienen la resiliencia suficiente para afrontar y entender las causas de la poca atención de sus padres. Sin embargo, no todos los hijos son iguales y a pesar de que muchos de ellos comprenden a sus padres, no pueden evitar sentirse abandonados y desarrollará conductas disruptivas como las de Elia.

En mi experiencia, concuerdo con la literatura cuando mencionan que los hermanos son los más vulnerables en el caso del cáncer infantil. De por sí, el apoyo psicológico a cuidadores y pacientes es prácticamente nulo en el sistema de salud, no se diga entonces para los familiares. Los hermanos, al igual que sus padres y el niño con cáncer, requieren la misma atención psicológica para sobrellevar la crisis familiar.

Por las cuestiones económicas, resulta complicado llevar al hermano a la consulta en Una Nueva Esperanza y la queja usual de los padres, tal como en el caso de Elia, es que el hermano anda muy agresivo y rebelde. Afortunadamente se puede compensar un poco el daño sin la consulta, para ello se les recomienda a los padres dedicarles tiempo de calidad al hijo sin el hermano enfermo y se les da también herramientas para favorecer la comunicación. De igual manera se recomienda, de ser posible, llevarlos a una consulta psicológica dentro de la fundación. Fue muy satisfactorio cuando al mes siguiente la señora Nadia me comentó que Elia ya no estaba agresiva, e incluso que había mejorado la comunicación entre ambas.

En Una Nueva Esperanza, asociación para niños con cáncer, velamos por el bienestar psicológico y emocional, súmate donando a esta noble causa.

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