Saltando procesos

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Eduardo GÓMEZ GÓMEZ


Septiembre 24, 2018

¿Qué es un proceso? Un proceso es una secuencia de acciones para lograr un resultado específico, es la transformación de entradas en salidas.

Por ejemplo, ¿qué haces al ir a un restaurante? Parece obvio que se sigue un orden, ¿no? No ocurre que tus acciones sean llegar, esperar a que te sirvan después, y pagar la cuenta, para que después procedas a elegir lo que comerás, y seguido de esto te sientes e inmediatamente después de sentarte, te retires.

Lo típico sería: llegar, sentarte, elegir lo que quieres comer, esperar la comida elegida, comer, solicitar la cuenta y pagar. Lo anterior corresponde a pasos o momentos del proceso de ir a comer a un restaurante. Por tanto, hay una secuencia específica para que suceda un proceso, de tal forma que cada situación no termine en desorden o en caos.

Otra consecuencia de no seguir un proceso dado es que no suceda el resultado que esperas cuando éste corresponde a tal proceso.

Por ejemplo, supón que vas a hacer un pastel de chocolate y necesitas cacao, pero no lo tienes, y para no "detenerte" lo sustituyes con avena molida; después, cuando estás revolviendo la mezcla, notas que te falta otro ingrediente, por ejemplo, huevos, y como ya estás "corriendo la actividad" decides cambiarlo por margarina; entonces, lo metes a hornear, y pasa el tiempo que se necesitaba, pero no se termina de cocer y tiene una consistencia rara. Tal vez te molestes, pues no está saliendo el pastel, así que lo dejas un rato más, después de 15 minutos lo sacas, pero no es un pastel de chocolate, y ni parece un pastel.

Entonces, te justificas diciendo que la receta estaba mal, porque seguiste todos los pasos para hacer el pastel de chocolate, y probablemente lo hiciste en relación con los pasos, pero tu resultado fue una mezcla de avena. Entonces, ¿qué pasó? En primer lugar, modificaste la receta de un pastel de chocolate; por lo tanto, no es factible calificar que la receta estaba mal, pues decidiste ignorar ciertas cosas como cacao y huevos. Es decir, no puedes esperar a que mágicamente la avena molida deje de ser avena molida para convertirse en chocolate, y lo mismo en relación con que la margarina se transforme en huevo. Aunque hayas revuelto todo en el orden que decía la receta, y hayas horneado a la temperatura indicada, cambiaste factores esenciales para la elaboración del pastel de chocolate. Por ello, el resultado no es un pastel de chocolate.

Es factible comprender que no seguir un proceso trae varias consecuencias. En el ejemplo del pastel de chocolate, se ocupó tiempo, ingredientes, gas y buen ánimo sin obtener el resultado deseado. Al trasladar esta condición a un proceso empresarial, por ejemplo, en la preparación de un pastel de chocolate para venderlo, se habrían ocupado recursos financieros y humanos de manera improductiva, convirtiéndose en desperdicios; además de enojo, conflictos y deterioro de las relaciones laborales, ¿te hace sentido?

¿Cómo evitar estas situaciones? En definitiva, no podemos volver en el tiempo para que no hagamos lo que ya hicimos. Por ello, lo primero es aceptar 1) que existe una equivocación, 2) que hay errores en lo que se está haciendo, o 3) que hay aspectos no claros al respecto. Además de ello, es necesario contar con la disposición para corregirlo. En nuestro ejemplo lo adecuado sería ocupar los adecuados ingredientes y hacerlo conforme al proceso aplicable.

Los procesos ocurren en cada momento de nuestras vidas, en ellos hay un orden y conducen a la obtención de un resultado específico. Cualquier resultado es una consecuencia inevitable de uno o varios procesos. Y cada uno de los procesos puede ser controlado y mejorado. ¿Alguna vez has cambiado un proceso? ¿Qué tanto se modificaron los resultados que obtuviste? ¿Mejoraron? ¿Empeoraron?

En todo caso, cualquier proceso puede descomponerse y describirse en función de sus pasos, los cuales siguen una secuencia y un orden determinado para alcanzar el resultado esperado.

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