Carencias de transparencia en una Puebla demandante

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Guillermo DELOYA


Septiembre 25, 2018

Se han desatado todo tipo de discusiones en torno de la seguridad que un gobier­no municipal, concretamente en nues­tra Puebla capital, puede y debe procurar para que el ciudadano se sienta cercano y con certe­za de hacia dónde vamos en conjunto como ciudad.

En la actualidad la democracia conlleva la nece­sidad de que todo gobierno rinda cuentas, sea transparente y permita el acceso a la informa­ción. Las exigencias de la sociedad para conocer en que se gastan sus recursos obligan a contar con medios de control y vigilancia para evitar el des­vío de recursos. La mejor herramienta contra la corrupción es la transparencia.

 La transparencia y la rendición de cuentas exige que los gobernantes cumplan con eficacia y eficien­cia el mandato ciudadano, estos instrumentos per­miten conocer y monitorear el desempeño guber­namental "la transparencia y la redención de cuen­tas es un deber ético y a la vez un deber útil". Es un deber ético porque es un principio normativo, es una exigencia ciudadana. Es un deber útil por­que su uso hace que el ciudadano conozca cómo actúan sus gobernantes. Es el medio que enlaza a gobierno con sociedad. Instrumentar la rendi­ción de cuentas con el control, la fiscalización y la transparencia hace que esta sea factible y no solo un mero principio normativo.

Puebla municipio tiene el 7º lugar en trans­parencia proactiva con el 46.5 por ciento. A nivel nacional Guadalajara ocupa el 1 lugar con 100 por ciento y Mérida el segundo con 93.3 por ciento. Sin embargo, se estima que el actual ayuntamien­to no es satisfactoriamente transparente en diver­sos rubros que se refieren a acciones incompletas. Por ejemplo, no existen informes sobre los gastos por concepto de viáticos de funcionarios de pri­mer nivel, regidores y síndico.

Ahora que el gobierno entrante ha dedicado una gran cantidad de la oferta política a un concepto sensible, tendremos que contar los ciudadanos con información suficiente por concepto de asesorías, ya que en el caso de Puebla no se conocen las per­sonas, empresas o instituciones que prestan el ser­vicio, así como sus resultados. En algo que cons­tituyó un tema de tintes políticos y clientelares, donde no se conoce el gasto ejercido y desglosado para cumplir el contrato colectivo con el sindicato.

Y en el rubro de proveedurías es igual, no se conoce el monto de venta y folio de factura de los productos y servicios que los proveedores venden al municipio.

Además, en cuanto a un rubro sensible y siem­pre tachado de encauzar corrupción, no se cuen­ta con un listado completo de contrato de obras y servicios, ni el monto inicial y final de las mismas. No se incluye listado de proveedores así como su RFC, no aparece nombre de los dueños o repre­sentantes fiscales. En obras y servicios por asigna­ción directa no se cuenta con un listado de quie­nes han sido beneficiados, características, costos, nombre de proveedor y RFC. No se conoce un lis­tado de las obras, tipo medida y localización, inver­sión inicial y final de los últimos 3 años.

Y por igual sería deseable para efectos de certe­za jurídica y de conocimiento ciudadano, supiéra­mos a detalle que es lo que el ayuntamiento como persona moral posee. Pero es el caso que no se conocen bienes inmuebles, así como la descrip­ción y a quiénes se les arrienda y para qué. No exis­te un valor actualizado y clave de registro de cada bien inmueble. De los bienes muebles en propie­dad no se conoce marca, modelo de cada uno, su valor actualizado, su clave de registro y a quién está asignado y su estado.

La transparencia y la rendición de cuentas deben ser por obligación y no por opción, un ins­trumento para fortalecer al ciudadano y en con­secuencia a la democracia, una herramienta para inhibir la corrupción. En la medida en la que se establezcan mecanismos claros de responsabilidad para transformar a la gestión pública haciéndola visible, clara y veraz, se genera mayor gobernabili­dad y confianza de la que tanto carece actualmen­te el poblano sobre la actuación de su municipio.

Sin duda falta mucho por hacer. Sobre todo en el cómo acercamos los mecanismos para que el conocimiento del actuar gubernamental muni­cipal, no sea algo ajeno e inalcanzable a la vista del poblano. Las vías y el andamiaje legal están establecidos, solamente resta respaldar con un gobierno que aplique la máxima coloquial de que no hay nada que esconder cuando nada se debe y nada se teme.

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