Como en mi columna anterior, les mencionaba algunas reglas básicas de etiqueta para ser un buen viajero. Esto no quiere decir que necesitamos ir a una escuela especial o tomar un diplomado. Muchas "reglas" son de sentido común, un sentido que no todos desarrollamos pero que viajando será muy preciado. 

En algunas culturas, y quisiera que algún día México entrara en esta lista, la puntualidad es sumamente importante. Los japoneses, alemanes, ingleses y austriacos son los más famosos por ser extremadamente puntuales. He tenido la fortuna de visitar dichos países y lo que he aprendido es que no se trata sólo de educación sino de respeto. No siempre se aprende a la buena, las lecciones más marcadas en mis viajes han sido por malas experiencias y una de ellas es casi perder mi hospedaje por llegar tarde sin previo aviso. Entonces, así como lo decía Shakespeare "Mejor tres horas demasiado pronto que un minuto demasiado tarde." Ajustemos relojes y a respetar el tiempo ajeno.

El respeto podría ser el sentido común más carente a la hora de viajar. En mis columnas anteriores les he mencionado algunos consejos para organizar sus viajes, entre ellos he hablado del equipaje. Muchas veces, y lo entiendo, por ahorrar o simplemente porque no está incluido en el boleto, es necesario llevar nuestra maleta en la cabina.

¡Ojo! No quiere decir que se pueda subir lo que uno quiera. Siempre hay restricciones y hay que estar al pendiente de ellas. Normalmente son solamente 2 piezas permitidas. 

Una vez sentados en su lugar, ya sea en pasillo o ventanilla, recuerden que el descansabrazo debe ser compartido con el pasajero de en medio. Es una regla no escrita. Lamentablemente a los que a veces nos toca sentarnos en medio, somos los que más sufrimos. En mi último viaje tuve de vecinos al señor más alto que he visto en mi vida y a una adorable abuelita, pero desafortunadamente parecía que venía peleando la medalla por quien lograba recargar mejor los brazos. 

Mi última regla de sentido común es mantener la derecha al utilizar escaleras eléctricas. No importa cuáles estés utilizando, ya sean las del centro comercial, las del transporte público o el aeropuerto, recuerda que siempre hay gente con más prisa que tú y que no todos somos turistas. Mantener la derecha y dejar un espacio vacío para que pasen rápidamente será muy bien visto y de excelente sentido común.

Son los pequeños detalles que hacen la diferencia y los que nos harán sentir más cómodos.

 ¡A viajar se ha dicho!