Lunes 24 de Septiembre de 2018

El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que bien, y de explicar después por qué no ha ocurrido.

Winston Churchill.

Son nuevos los tiempos políticos para Méxi­co, no solo porque al poder ejecutivo, arri­bará por primera vez a la silla presiden­cial un presidente de izquierda; también, porque ya no habrá un gobierno dividido, ya que el partido político que representa Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como presidente electo, cuenta con la representación política suficiente en ambas Cámaras del Congreso para tomar decisio­nes y alcanzar sus metas. Atrás quedó el resulta­do de la elección del 2012, cuando todos los acto­res políticos enfrentaban un escenario muy distin­to al actual, en el que, tanto para el presidente que este año dejará el poder como para las fuerzas polí­ticas opositoras de entonces, estaba claro que nin­guno podría por sí mismo cumplir con sus objeti­vos políticos; de ahí el origen del llamado Pacto por México, instrumento de negociación política que concretó 95 acuerdos y reformas constitucionales trascendentes para la vida política del país, desta­cando la aprobación del Sistema Nacional Antico­rrupción (SNA).

Desde esta perspectiva, en los últimos meses he analizado qué le espera al país con la llama­da cuarta transformación del sistema político mexicano; contemplando preguntas muy concre­tas que me gustaría responderle estimado lector, pero le recuerdo que estamos justamente en el periodo de transición, con lo cual, siguen sien­do una incógnita las respuestas, al menos hasta el 1 de diciembre.

Tomando en cuenta las recientes líneas discursivas de AMLO, me gustaría plantear algu­nos aspectos que me preocupan, en términos de la legitimidad del próximo presidente cuando tenga que rendir cuentas a su electorado, así como de su capacidad para garantizar la gobernabilidad en el país. Como ya lo advertí, no pretendo dar respuesta a cada uno de estos apuntes, ya que me encuentro, al igual que muchos otros politólogos, estudiando la coyuntura política que abre paso a un cambio polí­tico que al menos en el discurso se vislumbra como la del gobierno anticorrupción de nuestra época.

Con base en lo anterior, resulta necesario estar atentos a los mensajes políticos del presidente elec­to, a fin de analizar su discurso, el comportamiento que tiene frente a otros actores sociales y las ideas que busca poner en práctica. Las interrogantes que me parece nos debemos hacer, en un ejercicio de reflexión colectiva y de cuestionamiento ético-cívico frente a la posibilidad de un gobierno anticorrup­ción, serían las siguientes:

¿Qué tanto cambiará el discurso de campaña del candidato a la Presidencia de la República, con respecto al discurso oficial una vez que tome pro­testa del cargo?

¿Qué significaría la integridad pública en este gobierno de la cuarta transformación? ¿Cuál será la estrategia del gobierno que representa del partido político dominante?

¿Cómo será la relación entre el poder ejecutivo federal y el poder legislativo en esta nueva convi­vencia política, en la que el sistema de partidos ha cambiado su equilibrio?

¿Cuáles serán las metas específicas del próximo gobierno en el corto, mediano y largo plazo?

¿Cómo podríamos recuperar la paz en el país, ya que la corrupción y la impunidad difícilmente se entienden una sin la otra?

Desde una dimensión axiológica, ¿qué senti­do tiene la Constitución Moral propuesta por el presidente electo? ¿Contraviene de algún modo la respuesta institucional y normativa que tendría que dar el Estado al combate a la corrupción?

Con relación al gasto público, ¿cómo podría efec­tuar las medidas de austeridad planteadas el presi­dente sin poner en riesgo la gobernabilidad del país?

¿Cómo sería la comunicación gubernamental en la implementación de la estrategia, considerando que vivimos en una época de la política de la des­confianza ciudadana?

¿Qué definirá a este gobierno en esta materia? Si fueran las preguntas de un examen, sería un gran reto para los estudiantes responderlo; en primer lugar, porque tendrían que conocer cómo llegamos al cambio político que estamos vivien­do. Y, en segundo término, porque deberían estar plenamente informados de lo que está pasando en este momento para saber qué destino tendrá el país como resultado de las decisiones públicas de AMLO. Sin embargo, a diferencia de otros exá­menes, este en particular, no se puede responder solo con los libros, se necesita además una opi­nión y reflexión crítica bien informada de lo que implica que, por primera vez en México, los ciu­dadanos tengan voz y voto en la política nacio­nal anticorrupción.

* Profesor de Tiempo Completodel Tecnológico de Monterrey@floresm_mxinfo@reconstruyendociudadania.org