A veces no alcanza

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Daniel ORTIZ


Septiembre 27, 2018

El Puebla y su afición se presentaban motivados, tras hilvanar dos victorias consecutivas y recibir al América, club al que siempre se le quiere ganar, en cualquier ocasión que se les tenga enfrente.

El equipo de Miguel Herrera, sin venir desplegando un gran fútbol, es sinónimo de competitividad, por el peso del escudo, su afición, su historia y la calidad de sus futbolistas, independientemente del nivel actual o que tácticamente no tengan un gran trabajo detrás.

Y es que sí, las Águilas salieron a volar literalmente sobre la cancha del Cuauhtémoc avasallando al Puebla con llegadas una tras otra, hasta que lo reflejaron en el marcador.

El equipo de Meza salió con la misma alineación ganadora ante Gallos, pero con una variante, la de Francisco Acuña, en lugar de Cristian Palacios.

Ciertamente el uruguayo no ha dado buenos partidos, le cuesta encontrar su sitio y entrar en contacto con el esférico, y ni se diga ya, encontrar opciones de gol, ya sea generándolas al compañero o para rematar, por lo cual poner a Acuña por su dinámica, desequilibrio y mayor sacrificio, podría ser bueno para el accionar del equipo; pero su partido fue realmente desastroso.

No se ofrecía, no profundizaba, perdía balones y su aportación ofensiva fue realmente nula, desesperando a la tribuna. Incluso en las jugadas a la contra, el que termina por encarar y meter balones peligrosos es Cavallini, cuando bien podría ser al revés y que el canadiense fuera a ganar los centros y rematar a gol, tal como lo vimos en el empate a uno.

Otro que decepcionó nuevamente fue Santamaría, que aunque su falta en el penal es fuera, pierde el duelo de forma grosera e inocente con Domínguez, y ese no fue el único, se vio rebasado por la veloz delantera americanista. El peruano tiene la calidad pero no termina por acoplarse de lleno.

Por su parte, Loroña, Pallas y Arreola –este último incluso con gol – ganaron la mayoría de sus duelos.

El otro lateral que siempre alabo, Brayan Angulo, no pesó en ataque, le costó desplegarse también por la preocupación de marcar a Ibarra o Aguilar, pero en esto tampoco cumplió, por su banda entraron infinidad de veces y se vio salvado por su marcador izquierdo o sus volantes.

Lo de González ha sido bueno nuevamente, falló en jugadas puntuales, pero la mayoría de sus participaciones fueron buenas, recuperó muchos balones, estuvo listo para dar apoyos y fue importante junto a Torres para equilibrar al equipo en los minutos que Puebla presionó y llegó al empate en el segundo tiempo.

Me agradó la agresividad de Meza que tras la lesión de Chumacero, movió su formación a un 4-2-2-2, buscando que Tabó y Acuña ofendieran por las bandas en el mano a mano y buscar a Palacios – otra vez desapercibido – y Cavallini.

Fue bueno por varios momentos, realmente Tabó está siendo un gran revulsivo, pese a que su toma de decisiones sin duda podría ser mejor, inclina la cancha con esas galopadas ya sea por fuera o en diagonal.

América superó al Puebla por calidad, por sus extremos, la inteligencia de Peralta en recibir y mejorar la jugada; por la pésima forma de defender, por ejemplo ese último gol no se entiende que se meta todo el equipo dentro del área en lugar de sacar la línea afuera del área. Inconcebible.

Y sí, el árbitro perjudicó en varias acciones, tanto en defensa, como en ataque donde el juez no dejó correr una jugada que era de gol cantado.

Se compitió pese a ser inferior, pero a veces no alcanza. Las ganas fueron muchas, pero la calidad no alcanza.

El Puebla no termina de convencer y así será difícil que alcance para algo más que jugar en media tabla. Una posible liguilla estaba en punto de inflexión y que ahora se ve más que complicada.

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