La importancia de conocer toda la historia

Escuchaba a algún alumno quejarse del trato que había recibido de un profesor, sentía que le habían hecho sentir poco inteligente

"La historia la escriben los vencedores"

Orwell

Escuchaba a algún alumno quejarse del trato que había recibido de un profesor, sentía que le habían hecho sentir poco inteligente con un comentario recibido. Me pareció difícil imaginar a mi compañero haciéndolo con propósito de molestarle, así que le comenté el hecho. Comentamos cómo una crítica que para uno es una llamada de atención sobre el trabajo, otro puede tomarla como un ataque personal. Esto podemos constatarlo en el trabajo cotidiano dentro de las aulas, lo que motiva a unos a mejorar, desalienta a otros.

Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de conocer todas las perspectivas para tomar una postura, si me hubiese quedado con el comentario del alumno, con esta sola historia, habría emitido un juicio equivocado hacia mi colega. Cuando conocí ambos puntos de vista nos permitió reflexionar.

Pero, casi siempre nos quedamos con una historia, la que nos cuenta alguien para convencernos de algo, generalmente nos la cuenta un grupo que quiere mover la conciencia colectiva hacia ciertos pensamientos para manipularla. Por eso decía Churchill que la historia sería benevolente con él, a pesar de los grandes errores cometidos como Primer Ministro del Reino Unido, de la responsabilidad que tiene en la hambruna y las muertes de Bengala, por ejemplo. Y sería benevolente ya que sería él quién la escribiría. Porque el que vence, escribe la historia.

La supremacía del grupo dominantese manifiesta, entre otras cosas, como dirección intelectual de la sociedad que se ejerce a través de los aparatos ideológicos del estado, como Althusser les llamaba a los elementos que emplean dichos grupos de poder para mantenerse en el mismo. En la actualidad, la televisión y las redes sociales juegan un papel importante como difusores de una cultura dominante, como ocurre con los bots o redes de cuentas automatizadas que son empleadas para difundir la información que favorece a un determinado grupo, inundando los espacios y rezagando las opiniones adversas. Esto nos queda claro por la inversión tan grande que hacen los partidos y los gobernantes en publicidad, para enriquecer su imagen.

El error está en quedarnos con esta primera historia, con la que más se escucha, con la que aparece más veces en las redes sociales, sin cuestionarnos si es o no cierta, si nos favorece o no, si está comprando nuestra conciencia o realmente es propositiva.

Es importante entender más allá de los mensajes y discursos que escuchamos, que suelen tener una intención determinada, que están contados desde una perspectiva establecida. Porque, cada grupo social, cada persona, tiene su propia perspectiva. En cada conflicto, en cada situación, siempre hay más de una forma de pensarla, pero cada uno abandera la propia y la defiende como si fuese la única.

Kant decía:vemos las cosas no como son, sino como somos. Desde nuestras experiencias nos hemos construido y adoptado un punto de vista sobre casi todo que está planteado desde esta construcción individual, desde lo que yo soy. Y nunca podemos ver la totalidad, vemos siempre nuestra perspectiva particular. Es importante entender esto, nadie puede tener todo el panorama general, siempre vemos una partedel mismo.

Por eso, en las discusiones sobre política, sobre candidatos, sobre religiones y sobre futbol, siempre entramos en grandes conflictos, nos apasionamos defendiendo nuestra postura, peleamos, nos amenazamos. Pareciera que, si el otro no cree lo mismos que uno, está en su contra, sosteniendo esta idea de que todos deberíamos estar de acuerdo - ¿en serio? ¿De dónde sacamos esto? –y pensar igual. Nada más lejano a la realidad.

Contar una sola historia, un solo punto de vista, una sola idea nos lleva a crear estereotipos de ellas que no reflejan la realidad, que pueden ser causantes de todo tipo de conflictos.

Lo que debemos entender es que siempre hay otra cara de la misma historia, pero que ninguno tiene la verdad en la mano, sino un fragmento de ella. Cada uno tiene una parte de la misma historia y es importante ser tolerantes con la que cuenta el otro y abiertos a la discusión que enriquece, la que complementa, la que suma.

Adriana Amozurrutia Elizalde

Profesora de Cátedra del Tecnológico de Monterrey en Puebla

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