La endeble política de asistencia social en la ciudad

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Guillermo DELOYA


Octubre 03, 2018

Uno de los pilares donde se puede soportar el desarrollo social, sin duda alude a la capacidad de integración de una Puebla que ancestralmente ha padecido carencias y abandonos. La disparidad en el aumento de la población y la polarización derivada de un crecimiento económico mal dirigido, han sido el peor caldo de cultivo de una sociedad insatisfecha, la cual peligrosamente por momentos se acerca a la ingobernabilidad y a la falta de obediencia al institucionalismo.

La oportunidad de revestir al gobierno con una real preocupación y sensibilidad para acortar la distancia existente entre el bienestar de algunos y el infortunio de varios, es una cuestión insoslayable. Cada vez con mayor insistencia, los gobiernos municipales tienen que voltear a la implementación de programas que desde la política pública fomenten una sociedad cooperativa con los fines de un gobierno, satisfecha e integrada, todo ello a favor de los grupos que presentan mayores índices de vulnerabilidad.

Por ello el fortalecimiento con profesionalización y perspectiva de sustentabilidad del Sistema DIF del Municipio de Puebla es una apuesta positiva sobre un componente del Ayuntamiento que tiene a su cargo una de las labores más importantes: la de trabajar con la población vulnerable a fin de mejorar y resolver situaciones que impiden su desarrollo pleno en los ámbitos personal y familiar.

Cuando la precariedad de las finanzas municipales es una realidad común, es menester aprovechar al máximo los recursos humanos, materiales y financieros de que disponga el DIF, a efecto de llevar a cabo sus objetivos con la mayor eficacia posible; por ello cada una de las unidades que conforman este organismo debiera llevar a cabo un análisis exhaustivo de sus programas y acciones, a fin de que cada uno de ellos logre beneficiar al mayor número de poblanos que lo necesiten.

Actualmente el Estado de Puebla y, particularmente nuestra ciudad enfrentan una terrible descomposición de la sociedad debido a la inseguridad derivada de la corrupción e impunidad imperantes, aunado a la enorme desigualdad económica de la población vulnerable, víctima de intereses particulares que no han buscado un desarrollo justo e igualitario para todos los poblanos; situaciones que vulneran gravosamente la importante labor encomendada al DIF municipal de la ciudad de Puebla, en perjuicio de los más necesitados de apoyo.

En una ciudad capital donde la tendencia de concentración poblacional tiende a concentrar para los próximos años una importante cantidad de adultos mayores y de infantes y neo natalidad, por igual se acrecienta la necesidad de contar con políticas definidas en materia de atención a grupos vulnerables, lo cual presupone un estricto esquema de colaboración con los distintos órdenes de gobierno. Lo anterior en razón de que las facultades conferidas al municipio mexicano no atienden directamente aquellas que en estos esquemas de necesidad resultan con mayor demanda. Me refiero a cuestiones de salud y educación.

Y por supuesto que resulta por igual atendible de manera inmediata, las necesidades de un porcentaje significativo de población en situaciones de carencia alimentaria, pobreza y deterioro de calidad de vida por falta de provisión de servicios municipales de calidad. No se puede olvidar que en nuestra Puebla según recientes estudios del Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF), ocupa el tercer lugar en el índice de personas de cero a 17 años que viven en situación de pobreza y pobreza extrema.

Es ahí donde estamos ubicados justo debajo de Chiapas y Guerrero, que son los estados que concentran una tercera parte de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza, conforme a lo establecido por el estudio "Pobreza y derechos sociales de niñas, niños y adolescentes en México".

¿Existirá una política de asistencia social que no raye en lo irrealizable o lo meramente clientelar desde el DIF municipal poblano?. Ojalá que así sea por el bien de una creciente población vulnerable. Una ciudad donde ya se tiene que optimizar al máximo cada recurso humano, material, tecnológico y financiero con que contemos, a fin de lograr que las familias poblanas tengan acceso a las acciones y programas que presta el DIF municipal, sin que implique un obstáculo en el proceso, que no represente un largo traslado, genere un gasto que merme su patrimonio, a fin de que cada familia poblana no sólo viva, sino viva bien y en plenitud.

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