Cuestión de creérsela

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Daniel ORTIZ


Octubre 04, 2018

Twitter: @dortizsc

Ya decíamos que el Puebla como visitante se había mostrado muy medroso, precavido y defensivo.

Teniendo demasiado respeto a sus rivales, sea cual fuera.

Derrotas ante Cruz Azul, Santos y Pachuca casi sin meter las manos, empate con mejor determinación ante Necaxa y victoria en Querétaro jugando con una concentración total.

Ahora el rival era Pumas, un equipo que goza de las posiciones altas de la tabla, aunque sin asustar ni imponer.

El 5-3-2 de Meza no varió, y tampoco el excesivo respeto de La Franja a su rival, por ello no fue sorpresa que antes de los 15 minutos el partido pareciera resuelto para los universitarios. La postura del Puebla y sus desatenciones defensivas lo tenían contra las cuerdas.

El Ojitos castigó a Santamaría nuevamente para poner a Zamora, mientras que dio oportunidad a Robles y Espericueta, en lugar de Torres y el lesionado Chumacero.

Con esto el Macue jugó como contención y Pablo González jugó de interior, buscando soportar el duro calor de mediodía y hacer el desgaste en la media cancha.

La otra novedad fue Tabó, que arrancando por izquierda, casi siempre de fuera hacia dentro, sería peligroso en los contragolpes, tal como fue una buena jugada que terminó en el poste.

La postura medrosa ya pagada con los goles en contra, tenía que ser contrarrestada, había que jugarse el todo por el todo y así con Acuña y Torres ingresando en el segundo tiempo y el 4-3-3 para buscar ofender, el Puebla mejoró muchísimo.

Empezó a tener la pelota, circularla con criterio gracias a Esperi y al Gringo, mientras que Tabó y Acuña fueron incisivos en sus movimientos y en las diagonales hacia portería.

Cavallini clavó el descuento y una buena jugada entre Lucas y Acuña, terminó en el gol del empate por el autogol de Mendoza.

¡Cómo funciona Francisco Acuña cuando realmente quiere hacerlo!

Sus 45 minutos en el campo fueron muy buenos, se desgastó en beneficio del equipo, se ofreció por balón, tiró diagonales y en otras también buscó la línea de fondo para meter el centro.

Ese es el Acuña que queremos ver, porque a Tabó nada que reprocharle, su esfuerzo, mentalidad e interpretación de los espacios es muy buena, sabe lo que puede hacer y cuándo, la cosa es que trate de gravitar más y tenga ese tino que necesita mejorar sus números.

De Cavallini hay que remarcarlo. Qué buen fichaje hizo el Puebla con él. 36 partidos y 17 goles lleva el canadiense, que además se afianza en los llamados a su selección, delantero de poder, que aguanta, arrastra, sirve, pelea, gana faltas –aunque cometa otras tantas – y cada minuto se juega se nota su compromiso con el club.

Si le pusieran más balones dentro del área, más jugadas con ventaja, como hemos dicho en este espacio, llevaría más goles y el Puebla por ende, más puntos.

El Puebla que salió en búsqueda del balón y del resultado, es el que queremos ver.

Viene el Derby Poblano y hay que dar un nuevo golpe en la mesa y además volver a soñar con una clasificación, que numéricamente aún está al alcance.

¿Será que el Puebla se la crea y la consiga?

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