Una ciudad contaminada

Para consolidar un municipio desarrollado armónicamente y sano en lo tocante a sus recursos naturales, que sea un celoso vigilante de los intereses de hábitat para nuevas generaciones, es necesario un programa que contemple transversalmente la protección sustentable de los ecosistemas que integran Puebla. Es muy complejo adentrarse a la realidad en este tema específico, ya que nuestro municipio acumula enormes carencias de atención en materia de regulación y supervisión que lleve a propiciar equilibrios de sustentabilidad, ciudad verde, desarrollo urbano y recursos naturales donde generemos verdaderas áreas de oportunidad.

Las normas que rigen la ecología en la Ciudad de Puebla, de acuerdo con lo establecido en la página electrónica del ayuntamiento son: Ley Orgánica Municipal, Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, Ley para la Protección del Ambiente Natural y el Desarrollo Sustentable del Estado de Puebla, El Código Reglamentario para el Municipio de Puebla, a su vez, cuenta con Programas de ordenamiento ecológico y el ayuntamiento cuenta con dos comisiones encargadas de atender la materia, la de Desarrollo Urbano, Ecología, Medio Ambiente, Obras y Servicios Públicos, y la de Conservación y protección del medio ambiente y el equilibrio ecológico.

Más no ha sido suficiente tener un cerco legal extensivo, puesto que la realidad en temas palpables como en el relativo a la contaminación del aire y el estrés hídrico generado por una polución desmedida y una necesidad constante de abasto, dan testimonio de que aún resta un largo camino por andar.

De acuerdo con la red de monitoreo que opera en el municipio de Puebla a través de cinco estaciones fijas y una móvil, en 2015 se registró un promedio de 13 puntos del índice de calidad del aíre. Sin embargo, en el 2016 los indicadores de la entidad se dispararon hasta llegar a una media de 25 puntos que se ha mantenido. Un número preocupante considerando que la media nacional es de 11.5 puntos. El incremento en el parque vehicular y las deficientes políticas de movilidad nos tienen al borde de un colapso que conlleva el deterioro de la salud y calidad de vida de nuestros poblanos.

Por otra parte, los ecosistemas de agua dulce que encuentran pasos dentro de la mancha urbana de la ciudad vienen a representar un problema de impostergable atención. La subcuenca del alto Atoyac fluye por 69 municipios entre Puebla y Tlaxcala donde la mayor carga de contaminación por disposición de desechos urbanos es precisamente adquirida en los pasos que hay dentro de nuestro municipio.

Desechos que no siempre se quedan en los vertederos, puesto que por citar un ejemplo, los ríos Atoyac y Alseseca enfrentan fuerte problema son las botellas de PET, popotes y bolsas de plástico, lo que los hace que se consideren entre los más contaminados del país.

Por otra parte, urge un reforzamiento de la política pública municipal respecto de la disposición de residuos sólidos. Es aquí donde se generan mil 500 toneladas de basura a diario. Los residuos sólidos urbanos tienen un gran impacto en el ambiente, pues generan gas metano que influye en el calentamiento del planeta, por ser un elemento que propicia el efecto invernadero. Mismo problema que merece especial atención puesto que de los 217 municipios del Estado, solo en 14 se concentra la mitad de la población estatal y se genera el 57 por ciento de todos los desechos que genera el estado.

Por otro lado, dentro del "Programa de Prevención y Gestión Integral de Residuos para el Estado de Puebla 2011-2017" ya se detecta que el tratamiento de basura en el estado "enfrenta un déficit de espacio para confinar la basura,…. El gobierno estatal apuesta por tecnologías alternativas, entre ellas la construcción de una planta de Etanol en la capital" sin embargo esta planta aún no se construye y El mayor avance con el que cuenta en la ciudad de Puebla, es con 98 contenedores ubicados en los estacionamientos de los principales centros comerciales, en donde se puede depositar residuos reciclables.

Nacionalmente, sólo 11 por ciento de los residuos recolectados son separados, mientras que en el Estado de Puebla esta actividad apenas alcanza la cifra del 0.4 por ciento. No existe la cultura de reciclar.

¿Qué hacer en consecuencia? Existe la necesidad de generar una real corresponsabilidad entre sociedad y gobierno en sus tres órdenes. No estamos ante un escenario que podamos enterrar ni hacer invisible. El ayuntamiento de una de las ciudades más bellas pero a su vez con mayores problemas de contaminación ambiental en todas sus modalidades, debe decidir a qué apostar: si enterramos el problema nos enterraremos nosotros mismos.

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