El ambulantaje que viene y que a algunos conviene

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Guillermo DELOYA


Octubre 31, 2018

Una de las más graves, quizá gravísimas situaciones que vive nuestra ciudad, es la proliferación al margen de la ley que ha tenido la actividad comercial informal llevada a cabo en la calle. En términos claros, un problema difícil es el ambulantaje en la capital.

Puebla se ha distinguido por ser una ciudad con alcances vigorosos en actividades comerciales. Y en una ciudad como esta que habitamos es deseable que el gobierno municipal tome con seriedad a su cargo facilitar el desarrollo armónico dando opciones de incorporación a la legalidad a quienes honrosamente se ganan el sustento diario, y por otra parte dando por igual equilibrio al comercio establecido al hacer cumplir irrestrictamente el marco que dibuja nuestro Estado de derecho.

Uno de los pilares para concretar un escenario favorable se ubica en apuntalar y fomentar ordenadamente el desarrollo económico municipal. Sin duda, la tarea que desempeñe la administración pública municipal para facilitar que las vocaciones y sectores productivos cuenten con el clima de negocios óptimo proporciona mayores puntos en el mercado.

En el sentido del marco que propicia el desarrollo económico, el municipio de Puebla tiene una estructura administrativa que cuenta con un sistema rápido de apertura de empresas, procesos que han sido avalados por la mejora regulatoria, oficina de atracción de inversiones, mismos que por tanto, facilitan ambientes de negocios competitivos.

Según INEGI, el municipio de Puebla cuenta con 87 mil 638 unidades económicas instaladas, dentro de las que destacan 10 mil 607 unidades de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas; 37 mil 363 comercios al por menor y 6 mil 891 industrias manufactureras, mismas que integran parte de algunos clústeres de negocios.

Asimismo, los datos respecto de la Población Económicamente Activa (PEA) integrados por las personas en edad de trabajar que laboran o buscan trabajo; en el municipio de Puebla, hay 652 mil 756 personas económicamente activas, 61.26 por ciento son hombres y 38.74 por ciento son mujeres. Para Puebla la PEA en hombres es mayor con respecto a las mujeres; no obstante, el porcentaje de población ocupada en mujeres es mayor con 96.49 por ciento.

Pero el grave problema se ubica en la falta de determinación, la indefinición y la ambigüedad ante un tema que ya no es postergable de ninguna manera. Puebla ha transitado en la tibieza de no adoptar una postura definitiva ante el ambulantaje y se podría afirmar que desde el gobierno municipal de Jorge Murat Macluf, las acciones han sido paliativas y de conveniencia política, consecuentando líderes que reportan apoyo traducible en votos o canonjías económicas derivadas de la corrupción.

Estimaciones censales apuntan a que, según una cifra oficial, existen alrededor de dos mil ambulantes concentrados mayormente en el primer cuadro del centro histórico de la ciudad. Cifras no oficiales sin embargo indican que más de veinte mil personas ejercen actividad comercial irregular en la ciudad, cifra que además de ser alarmante, refleja el profundo descontrol que se ha venido acumulando con los años. A pesar de infructuosos y poco coordinados operativos soportados por la fuerza pública, mismos que hiciera la administración saliente de Luis Bank, así como la implementación de programas incompletos como aquel Corredor Comercial Temporal, la realidad es que ante la confusión el ambulantaje avanza a ritmos acelerados. Además de un primer cuadro del centro invadido, ahora vemos la expansión hacia puntos antes no ocupados como el corredor 5 de Mayo entre las calles 6 Oriente y 16 Poniente-Oriente.

Sin embargo, el panorama parecería no ser alentador ante un nuevo ayuntamiento errático desde la planeación de proyectos integrales que vengan a poner bases firmes en la solución de este asunto. No existe una estrategia de reubicación al no contar con un programa de rehabilitación de mercados ahora ruinosos y cooptados por la criminalidad, no existen estrategias de mediano plazo para el reencauzamiento económico de ciertos tipos de actividades que lesionan al comercio establecido, no hay programas sectoriales de coordinación efectiva con autoridades a efecto de evitar la ilegal procedencia de mercancías. En fin, vemos nuevamente a una presidenta municipal que ruega por aquella "tantita paciencia" que aquellos que han optado por un modo de vida apegado a la ley definitivamente ya no tienen.

Ojalá la definición y el carácter sobresalgan en esta Puebla en la que se avecina una época navideña que vendrá a poner aún más a prueba a este displicente ayuntamiento que hoy por hoy, me queda claro no tiene idea por dónde empezar a desenredar la complicada maraña de hilos enredados. O tal vez le convenga a la presidenta Rivera mantenernos así de embrollados.

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