El comienzo

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Camilo Estrada Luviano


Noviembre 07, 2018

Como el estado es el mecanismo que permite la apropiación del excedente económico y éste no ha cambiado ni va a cambiar en este nuevo gobierno, sólo se va a limpiar la casa, todo se cumplirá dentro de la ley, tanto jurídica como económica, no habrá injusticias dentro de la mecánica del capitalismo simplemente se va a acabar el saqueo que facinerosamente se hacía, utilizando retorcida y perversamente las instituciones del gobierno y a través de muchos otros mecanismos.

Las leyes económicas se cumplen inexorablemente -en ocasiones hasta a pesar de la intervención malintencionada del gobierno o de particulares-, y las leyes jurídicas fueron hechas por el gobierno en respuesta a las exigencias sociales del momento y cuando éstas ya no convienen para ciertas intenciones y se pueden cambiar simplemente se cambian, y es el mismo gobierno el que las cambia.

Lo justo lo dicta el modo de producción predominante -y en México éste es el modo de producción capitalista, al cual se subordinan o se sujetan todos los modos de producción existentes-, y lo justo es la apropiación del excedente económico, que se traducirá, en última instancia, en ganancia- por los propietarios de los medios de producción. Por eso lo justo es que todos ganen, pero para que esto sea posible es indispensable que el capitalismo funcione sin ninguna distorsión, y para eso se deben cumplir todas las leyes jurídicas y se debe acabar con aquellas prácticas que obstaculizaban dicho cumplimiento; en otras palabras, se tiene que acabar con la corrupción de inmediato.

Éste es el comienzo de la cuarta transformación, pero este inicio tocará indudablemente muchos intereses creados y provocará mucha, pero mucha oposición, no tanto de los capitalistas en sí, sino de los cancerberos de ellos, pues el negocio es negocio, y lo primero es la ganancia que está garantizada por el mismo capitalismo, donde el gobierno, si bien tiene muchas posibilidades de posibilitarla o de imposibilitarla, es secundario.

Los empresarios, como tales, harán negocios hasta con el mismo diablo siempre y cuando ganen, no les interesa que se diga una cosa u otra del gobierno siempre y cuando éste les garantice el ganar, y lo único que exige Morena es que se gane legalmente, ¡nada más!

Ganar legalmente es lo que permitiría al capitalismo funcionar en una dinámica correcta y la dinámica correcta es la que lleva a la acumulación de capital, así que lo que se busca con la cuarta transformación es que todos puedan participar en dicha acumulación. El problema es que no todos tienen capital, pero como la lucha contra la corrupción crea la ilusión de que todos mejorarán al haber cambios en casi todos los aspectos de la vida, entonces ésta se convierte en aglutinante de todos los que aspiran a elevar su nivel de vida; sin embargo, aquellos que se beneficiaban con el status quo, que son directamente afectados, tienen que estar en contra de esta cuarta transformación y lo están, así como todos sus cercanos y aquellos convencidos o que les conviene que las cosas sigan como estaban.

Esta cuarta transformación no significa revolución, significa solamente que las cosas no pueden seguir como iban, se tiene que terminar con la depredación y el robo descarado de los bienes públicos, de lo que es de todo el pueblo.

De todo el pueblo, de pobres y ricos, de dominantes y dominados, de oprimidos y opresores, porque todos y cada uno somos parte del pueblo,… pero no todos somos iguales y, por lo mismo, las respuestas serán y son diferentes ante la cuarta transformación del país.

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