Viernes 09 de Noviembre de 2018 |
"…para mantener el Estado se debe tener un ejército propio, el consenso del pueblo y virtud en el príncipe... ". Nicolás Maquiavelo
La opinión pública puede entenderse como un fenómeno comunicativo y psicosocial que depende del contexto histórico y sociocultural de un sistema político. Está sujeta al tipo de sociedad y de los intereses políticos del momento y es producto de varios factores, como la personalidad de los individuos, de los estratos sociales, de la forma de gobierno, del sistema educativo, del papel de los medios de comunicación frente al poder, entre otros. Desde esta perspectiva, el estudio de la opinión pública abarca un conjunto de elementos: a) Los sujetos o individuos que opinan, b) El objeto o tema sobre el que se opina, c) El ámbito o contexto en el que se forma la opinión pública. Es un concepto complejo que no es sinónimo de cultura o de ideas, creencias y valores que predominan en cada sociedad. La opinión pública se crea y se mueve dentro de los límites de esos paradigmas. De este modo, los individuos generan consensos y disensos, acomodos y retos, imágenes y percepciones, formas de pensamiento y conexiones con temas específicos de interés público y con cada comportamiento en el que se manifiestan concretamente. Por ello, de acuerdo con Mora, los paradigmas de ideas y orientaciones valorativas cambian, pero lentamente porque la opinión pública se manifiesta en fenómenos de corto plazo. Es así que en el marco de la transición política que estamos viviendo en el país, debemos advertir ajustes en términos de los nuevos elementos que configurarán la opinión pública que acompañará este proceso con la llegada de un nuevo gobierno. Sin esperar que las ideologías cambien profundamente, seguramente viviremos nuevos tiempos para la comunicación política, en los que ya será cada vez más difícil no ser críticos frente al ejercicio del poder político, a pesar del gran bono democrático del que ya se dispone a partir del proceso electoral. La opinión pública abarca una abundante circulación de mensajes que circulan cotidianamente en la sociedad; refleja la cultura, los valores y las instituciones, difundiéndose a través de múltiples canales de comunicación, incluyendo las redes sociales, que difícilmente se pueden controlar por un partido político en el poder. Lo que opina la gente, cómo formamos nuestros pensamientos acerca de los asuntos públicos, cómo los trasmitimos a los demás y cómo las opiniones que circulan entre las personas llegan a ser una parte fundamental de la realidad social. Sin embargo, esta comunicación política se modificará cuando ocurra el cambio de régimen político porque se espera que una cuarta transformación del sistema político mexicano venga acompañada de un proceso de cambios institucionales, constitucionales y de gestión pública. Entonces, en el contexto en que se empezará a formar la opinión pública del nuevo gobierno, incluso desde ahora, no basta pensar solo en el sujeto del que se hablará, sino en el objeto o temas de interés en que se concentrará la sociedad. Estaremos hablando de un cambio serio, profundo y real cuando sea una constante y no una excepción la posibilidad de expresar libremente opiniones sobre las decisiones políticas que tomará el nuevo proyecto político, democrático e institucional en el país. Más allá de una persona, que no solo representa una autoridad distinta porque representa un partido político que llega por primera vez al gobierno federal, sino por el significado que a partir del 1 de diciembre tendrá el poder del Estado con todas sus instituciones y relaciones. Esperemos a que el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador demuestre próximamente cómo será la nueva convivencia política, en términos de lo que será la base para estudiar la opinión pública en la llamada cuarta transformación para México. Al tiempo. *Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey @floresm_mx |