Siete años después se reconocen omisiones en la calidad del aire

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Lucero HERNÁNDEZ


Diciembre 07, 2018

Siete años debieron pasar para que los poblanos podamos acceder, de nueva cuenta, a conocer la calidad de aire que respiramos. Dos gobiernos estatales se comprometieron a reactivar cuatro estaciones de monitoreo ambiental y a reportar la información al Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (Sinaica), ¿el resultado? Inhabilitación de la Red Estatal de Monitoreo Atmosférico (REMA), incumplimiento al Programa de Gestión de la Calidad del Aire del Estado proyectado al 2020, y clausura dictada por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).

A una semana de dejar el cargo como titular de la Secretaría de Desarrollo Rural y Ordenamiento Territorial, Rodrigo Riestra, aseguró que a partir de este viernes 7 de diciembre, se informaría sobre la situación de la calidad del aire al gobierno federal, a través de la plataforma Sinaica, que fue presentada el 25 de octubre de 2016 y que hasta la fecha, no mostraba reportes de Puebla.

Rodrigo Riestra repitió en el cargo como funcionario estatal en dos administraciones: con Rafael Moreno Valle y con Antonio Gali, en ambos periodos este medio informativo documentó las omisiones en el cumplimiento del Programa de Gestión de la Calidad del Aire y operación del Rema; el gobierno aseguró, por medio de terceros, que había un cumplimiento, pero no dio a conocer los avances reales.

Próximo a terminar su gestión, Rodrigo Riestra reconoció por primera vez, que el Sinaica no recibía información de la zona metropolitana del Valle de Puebla y que ésta sería entregada a partir de hoy; su justificación fue que hubo cambios en la norma oficial mexicana que obligaron modificaciones de infraestructura. Acepto retrasos en los trabajos y con ello, omisiones.

Pero no reconoció el dictamen de la Profepa, que por recomendación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), informó que Puebla incumple con la NOM-156-SEMARNAT-2012, que estipula las condiciones para operar el sistema de monitoreo de calidad del aire, y procedió a clausurar las estaciones.

En voz de los propios trabajadores de la dependencia, es que la operación incorrecta de las estaciones se debió a fallas mecánicas de las computadoras y carencia de refacciones para actualizar las estaciones de monitoreo.

En 2016, El Popular, diario imparcial de Puebla constató el abandono en el que se encontraban las estaciones de monitoreo ambiental en la Ciudad de Puebla, así como el olvido en la operación de la REMA, falta de personal, pérdida de equipos para analizar la contaminación y nula difusión de la calidad del aire. De una plantilla de nueve trabajadores, la dirección de calidad de aire se redujo a dos responsables dedicados al monitoreo, compilación y traducción de datos recabados por las estaciones.

En 2003, el Sistema Estatal de Monitoreo Ambiental de Puebla se incorporó al sistema de transmisión de datos sobre la calidad del aire en tiempo real a nivel nacional, para el 2016, se generó la figura del Sinaica que opera el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, adscrito a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

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Para el responsable de las políticas públicas en materia ambiental, simplemente decidió no dar seguimiento al tema, así como dejar en el olvido el Programa de Gestión de la Calidad del Aire del Estado de Puebla 2012-2020, el cual no integró a sus comparecencias, menos al reporte de resultados del gobernador Antonio Gali.

Según Riestra, las estaciones de monitoreo ambiental: Tecnológico, Ninfas, Serdán y Agua Santa, no reportan a la federación porque el Índice Metropolitano de Calidad del Aire (Imeca) es de 13 puntos y está muy lejos de alcanzar lo reportado por la Ciudad de México que rebasa los 100 puntos, al menos eso declaraba en 2016, pese a haber registros existentes de que Puebla ha alcanzado 110 puntos en promedio al año por 30 días.

Para 2017, el compromiso estaba sobre la mesa, José Luis Cortés Penedo, entonces Coordinador General de Medio Ambiente, aseguró que por fin los poblanos conocerían los datos de la calidad del aire que respiran, a un año, a un paso de terminar la administración, esto sigue sin ser una realidad.

Sólo en mantenimiento, la inversión necesaria para las estaciones es de un millón de pesos al año por estación, y sólo para el cuidado de las máquinas y aparatos, el gasto anual asciende a 250 mil pesos; en este sentido, durante el sexenio, el capital requerido sería de 1.5 millones de pesos.

Al tiempo que se comprometieron a operar las estaciones de monitoreo, la promesa fue ampliar su presencia con dos estaciones más ubicadas en Texmelucan y Atlixco, hecho que nunca se concretó.

*Jefe de Información de El Popular

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@Luz_HernandezG

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