¿Arribo democrático?

Todos creen erróneamente que Emiliano Zapata se pronunció contra Porfirio Díaz. Nadie quiere reconocer que la rebelión zapatista fue contra

Hay quienes se empeñan en llamar "Apóstol de la democracia" a Francisco I. Madero, por el hecho de que en las elecciones de 1911 resultó presidente de la República, cuando el proceso electoral mexicano lo hacía el gobierno (como ya había dicho Juárez) y no hay evidencias de que se haya dado con la pulcritud que algunos mencionan.

Esos mismos llaman antidemocrático a Porfirio Díaz porque llegó a la presidencia luego de una revolución que él encabezo, seguida de un proceso electoral en el cual salió vencedor y se mantuvo en el poder de 1876 a 1880 y regresó en 1884 para quedarse hasta su renuncia en mayo de 1911.

Pero esos mismo omiten que Madero, antes de su democrático triunfo, encabezó una Revolución, a la que hoy se ha tildado de "Tercera Transformación", misma que provocó siente años de guerra civil, dividida por facciones, cuyos cabecillas cambiaban de bando a contentillo. Esa transformación sólo trajo pobreza, muerte y desolación a México.

Todos creen erróneamente que Emiliano Zapata se pronunció contra Porfirio Díaz. Nadie quiere reconocer que la rebelión zapatista fue contra Madero.

Historiadores y analistas reconocen que Porfirio Díaz dejó un superávit en las finanzas públicas, con la fortuna entonces de 60 millones de pesos-oro en la Tesorería. Pocos reconocen que en su corto período de 15 meses en la presidencia, Madero se gastó ese dinero pero sin aportar nada en obra pública o en mejoramiento social. Dejó pobre al país.

Hay quienes creen que Zapata empleó la frase "Tierra y Libertad", lema de los anarquistas rusos y catalanes desde el siglo XIX. El lema zapatista era "Reforma, Libertad, Justicia y Ley". En ningún escrito zapatista aparece el "tierra y libertad"; fue invención de Antonio Díaz Soto y Gama acomodar la divisa a su jefe, que, por cierto, no luchó por los campesinos de México ni por ejido, sino por la reivindicación de propiedades comunales en Morelos.

En México, el primero y único que usó la frase "Tierra y Libertad", fue el grupo anarquista de Ricardo Flores Magón, que alguna vez invadió la Baja California con filibusteros gringos y extranjeros, pero que hoy su nombre está en letras de oro en el Congreso de la Unión. Por cierto, Flores Magón estuvo siempre protegido –como Madero-por el gobierno de los Estados Unidos, hasta que dejó de servirles y lo asesinaron en la prisión de Laevenworth, Kansas, en 1922, siendo presidente aquí Álvaro Obregón.

Don Porfirio Díaz, en su manifiesto de la Revolución de Tuxtepec, preconizaba la "No Reelección", pero hizo que se modificara la Constitución de 1857 para poder reelegirse sucesivamente. De igual manera, Álvaro Obregón, en principio suscribiente del "Sufragio Efectivo y No Reelección", no resistió la tentación y fue candidato ganador otra vez en 1928; pero José de León Toral, con certeros balazos, reivindicó la frase favorita de Madero y de sus seguidores. Desde entonces no hemos tenido reelección en México.

Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Daniel Ortega y Evo Morales, arribaron al poder en forma democrática, ganando elecciones por una vez. Pero contra sus promesas, modificaron las leyes de sus países para perpetuarse en el poder de manera indefinida, hasta subyugar y empobrecer a sus sufridas naciones. Del socialismo, como en Cuba castrista, sólo aplicaron la justa y equitativa distribución de la pobreza. Venezuela, ejemplo de país rico en el pasado, es hoy una de las naciones más pobres de América del Sur.

Vientos de cambio soplan en México. Arriban ineficiencia e ineficacia. Funcionarios sin "expertise" y torcidos en su concepción de gobernanza; métodos y leyes modificadas para detener la industria, el comercio, el turismo y la economía en general. Democracia con adjetivos, que arriba a México con banderas de divisionismo, odio y resentimiento social.

Por el bien de México se demanda una sociedad civil alerta para defender a la democracia, que no es sólo elecciones, sino buen gobierno y abandono de odios y división entre los mexicanos.

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