Atando cabos: la encrucijada morenista

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Adrián SALAZAR


Diciembre 18, 2018

En las últimas semanas se han venido desarrollando en el panorama político de Ocoyucan ciertos eventos que, vistos de forma superflua y sin análisis, pudieran parecer inconexos entre sí y por demás irrelevantes, pero hacerlo de esta manera sería un grave error que traería como consecuencia una conclusión equívoca y mutilada sobre la realidad objetiva de este importante municipio poblano.

Por un lado, el presidente del Concejo Municipal, Rodolfo Huerta Espinosa, es quien lleva las riendas del municipio. Dice que se hace, cómo se hace y cuándo se hace. Acciones de las que, por cierto, él está muy orgulloso de presumir: bacheo de unas calles, remozamiento de panteones, pintura para algunas fachadas y, dicen ellos, reparación de luminarias. A esto se reduce el trabajo del Concejo Municipal en los cerca de dos meses que lleva gobernando.

A esto se suma su campaña mediática para denostar la lucha del Movimiento Antorchista, asegurando que no se le deja trabajar, que provocamos inestabilidad y cuantas cosas más se le vienen a la cabeza a nuestro "flamante" político que, dicho sea de paso, es totalmente incapaz de abrirse al diálogo directo con los campesinos de este municipio que llegan a buscarlo al palacio municipal y corren con suerte de encontrarlo.

Sin embargo, esta campaña ha llegado a otros niveles. Ahora no sólo es Rodolfo Huerta Espinosa quien ataca al antorchismo echándonos la culpa de la ineficacia de su Concejo para atender las demandas más inmediatas y urgentes que la población reclama. Y digo población porque, aunque no le guste, son vecinos, personas que viven en las diferentes comunidades que geográficamente conforman el municipio y esto no depende de mí ni de él. Decía pues, que ahora se suman a los ataques plumas de ciertas personajes que carecen de los principios básicos del periodismo como la investigación y el cruce de información sobre un mismo hecho, pues sin más ni más, derraman tinta injuriando a miles de personas ocoyuquenses que militan en las filas de Movimiento Antorchista Nacional.

Por ejemplo, uno de los hechos más recientes fue la supuesta entrega de unidades a la Secretaría de Seguridad Pública por parte del Concejo Municipal, para lo que hicieron todo un acto protocolario del cual no fueron testigos ni siquiera el personal administrativo, mucho menos la población. ¿Casualidad?, no lo creo, pues resulta que esas mismas patrullas ya habían sido entregadas, en su último día de gobierno, por el ahora expresidente antorchista José Santos Técuatl. A mi parecer se trata de tomarle el pelo a los ciudadanos y darles atole con el dedo, como se dice coloquialmente cuando se engaña alevosamente.

Sobre este hecho, algunos columnistas replicaron lo suscitado, aplaudiendo la entrega de las unidades como un gran logro, pero lo hicieron a medias, pues no describieron el panorama completo: de la intención de hacer tratos con el hampa (no sabemos si los hayan materializado), de los directivos en Seguridad Pública que fueron recluidos en la cárcel por abuso de autoridad, secuestro y homicidio mientras fungían como policías activos de San Andrés Cholula, de la carga diaria de sólo 200 a 300 pesos de combustible por unidad, de eso nada se dice.

Esto por una parte, por la otra, en algunas ocasiones vecinos de las distintas comunidades se han visto obligados a apersonarse frente al palacio municipal para exigir que Rodolfo Huerta Espinosa de la cara, atienda a los ciudadanos que debe servir, pero el que mayor suerte tiene lo encuentra cuando este va de salida, porque en muchas otras ocasiones ni el primer concejal ni ningún otro funcionario se presentan en su centro de trabajo y menos atienden a los colonos y campesinos. Esta actitud, a mi parecer, es de prepotencia, soberbia y desdén hacia la población ¿acaso estos, por no ser personas perfumadas con trajes finos o vehículos caros no merecen la misma atención y trato que le da a sus amigos del Congreso del Estado o del Senado de la República Mexicana? Estamos pues, ante la vieja práctica de servilismo a quienes creen superiores e indiferencia ante quienes creen inferiores. ¿Dónde queda, pues, el trato directo con el pueblo, con el verdadero pueblo que día a día sale en la madrugada a trabajar al campo y encaminarse a las fábricas para ganarse el sustento diario de su hogar?

Pues bien, ante esta política de oídos sordos y cerrazón total por el Concejo Municipal de Ocoyucan, la gente se ha visto en la necesidad de ir un día y el otro también a pedir se atiendan sus problemas, como ya mencioné, pero esto, astutamente cual viejo zorro de la política, Rodolfo Huerta lo utiliza como bandera para justificarse y decir que no puede trabajar porque hay grupos de se lo impiden, cuando en los hechos es diametralmente lo opuesto, la gente le pide que trabaje pero que lo haga enserio. Si él fuera inteligente, lejos de ver a los campesinos, colonos, amas de casa y estudiantes organizados como una fuerza social contra la cual debe avanzar en sentido opuesto, vería en ellos un poderoso aliado que podría en gran medida facilitarle el trabajo al señalarle de forma precisa cuál es la dolencia del pueblo, pero quizá -los hechos así lo demuestran- no es esa su intención.

Esta encrucijada morenista no es causal. Al ir atando cabos sueltos va cobrando nitidez la intención del grupo de poder que encarna Huerta Espinosa pues tiene intereses dejan al desnudan su verdadera naturaleza. Recientemente un diario de circulación local dio a conocer que la "regidora de Gobernación del Concejo Municipal de Santa Clara Ocoyucan, Araceli Bautista, aseguró que en el municipio no hay condiciones para que se repitan las elecciones (…) y no descarta que Rodolfo Huerta, actual presidente del Concejo, se postule como candidato a alcalde". Es decir, quien o quienes conformaron este Concejo lo armaron con sus mejores cuadros y en cargos clave con miras a quedarse con el poder político es este municipio.

Quizá esto explique por qué la regidora Araceli Bautista anda haciendo activismo político a favor del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuando supuestamente el Concejo Municipal -lo ha dicho el propio Huerta- es un organismo apartidista y transitorio. Estamos ante una realidad inequívoca: la ambición por el poder va borrando la piel de cordero con a que llegó vestido el lobo.

La única opción que le queda al pueblo depauperado de Ocoyucan es concentrar su fuerza social en torno a núcleo aglutinador para crear un muro infranqueable que le impida el paso al grupo político que ya trazó en el mapa a este municipio como su próximo botín.

Nota. De las irregularidades que dice Rodolfo Huerta Espinosa que ha encontrado, le informo, por si no lo sabe, que tiene a su cargo un área de Contraloría, la cual se encarga de iniciar procedimientos administrativos contra los funcionarios que se hallen responsables de alguna anomalía que así lo indique el reglamento.

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