Por como Santa lo está tratando, Trump se ha portado muy mal este año

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Barthélémy MICHALON


Diciembre 23, 2018

Si Trump esperaba este momento del año para empaparse del espíritu navideño, ha de sentirse decepcionado. Una serie de decisiones, suyas y de otros, conspiraron para echar a perder el ambiente de estos días previos a esta fecha tan especial.

El jueves, el secretario de Defensa James Mattis presentó su dimisión. Era uno de los pocos integrantes de su gabinete que gozara de respeto y que estuviera presente desde el inicio de la administración actual. Este gesto era esperado desde hace tiempo, pero fue precipitado por el repentino anuncio presidencial que retiraría las tropas estadounidenses en Siria. En su carta de resignación, el general enfatizó su profundo desacuerdo con el trato que Trump le ha dado tanto a sus aliados como a sus rivales, lo cual equivale a criticar las bases fundamentales de la estrategia (suponiendo que merezca este nombre) de su país respecto al resto del mundo.

El mismo día, el agitado mandatario hizo saber que no firmaría la ley que, de manera transitoria, hubiera evitado una suspensión de actividades (o "shutdown" en la versión original) de varios departamentos gubernamentales por falta de fondos federales. El documento legislativo, admitido por ambas cámaras, aprobaba elevar el nivel máximo de endeudamiento permitido, posponiendo el problema por un par de meses. En un incómodo intercambio este mes en la Casa Blanca, con políticos de la oposición, transmitido en vivo y ampliamente difundido en Internet, Trump había dejado claro que quería incluir en esta ley la afectación de cinco billones de dólares para la construcción de una parte de su famoso muro fronterizo, y que para satisfacer esta exigencia estaba dispuesto a provocar el "shutdown" que precisamente se buscaba evitar. En aquel momento, había aseverado frente a cámaras que tomaría la responsabilidad de este cese de actividades si debiera darse el caso, probablemente suponiendo que no se daría tal situación.

Error de cálculo: la ley fue aprobada en ambas cámaras y Trump decidió vetarla, probablemente bajo la presión del canal Fox y de otros medios conservadores. En otras palabras, está aplicando una táctica de presión basada en el juego de poder y en una lógica de perder-perder incluso con los de su propio bando, debido a que muchos de los republicanos habían respaldado esta solución transitoria. En cuanto a su promesa de asumir la responsabilidad de las consecuencias de su decisión, sería inútil especificar su destino.

En términos concretos: durante los próximos días, unos cientos de miles de servidores públicos irán a laborar sin recibir paga, mientras que otros tantos, considerados como menos indispensables, tendrán que tomar un descanso sin goce de sueldo. Felices fiestas, viene como cortesía de su presidente.

La perspectiva de que otras personas no vayan a recibir ingresos durante un tiempo no le quitará el sueño al billonario: aun así, es una muy mala noticia para él por ser una derrota personal (quiso pelear una batalla y la perdió) y por el costo asociado en términos de imagen.

Como si no fuese suficiente, esta semana le trajo otros reveses: por decisión de justicia, tuvo que cerrar su fundación, frente a la acusación de haberla desviado de su finalidad caritativa. Luego, la Corte Suprema descartó la ley que les hubiera negado automáticamente el derecho de asilo a quienes ingresaran ilegalmente al país. Además, su enviado a Siria dimitió en protesta con la decisión de retirarse de aquel escenario. En cuanto a los mercados financieros, que durante buena parte de su mandato habían seguido una tendencia muy positiva, confirmaron su declive iniciado hace unos meses, al registrar esta semana su caída más fuerte desde aquel triste 2008.

Sin embargo, el alcance de esta serie de malas noticias – resultado de su propio comportamiento errático – se debe de relativizar: Trump conoció momentos más adversos todavía desde que ingresó a la Casa Blanca. Pero, sobre todo, con la investigación Mueller cada vez más cerca de presentar sus conclusiones y con la nueva Cámara de Representantes, dominada por los demócratas, a puntos de iniciar sus funciones, se puede predecir que tendrá que encarar peores rachas.

Santa parece querer castigarlo por sus travesuras de 2018, pero los Reyes Magos bien podrían traerle de regalo un año 2019 extremadamente retador.

 

* Profesor de tiempo completo del Tecnológico de Monterrey en Puebla, en la carrera de Relaciones Internacionales

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