Martes 25 de Diciembre de 2018 |
En pleno 24 de diciembre se desplomó en Puebla el helicóptero Augusta A109S Grand, en el que viajaban la Gobernadora del estado de Puebla, Martha Érika Alonso Hidalgo y el Coordinador parlamentario del PAN en el Senado, Rafael Moreno Valle; fueron cinco los muertos del aparente accidente, incluidos el piloto, Roberto Coppe Obregón, su copiloto, Marco Antonio Tavera, así como el asistente del Senador, Héctor Baltazar Méndez. Con Augusta, se derrumbaron también las perspectivas de un proyecto político que por años fue construyendo Rafael Moreno Valle, quien, a pesar de no haber logrado la candidatura a la presidencia de la república por el PAN en el 2018, seguramente, hubiera seguido la carrera por la silla presidencial en el 2024. Se desmoronaron también las ilusiones de la primera gobernadora del estado por construir una carrera política propia, al verse truncada su gestión por este acontecimiento. Ilusiones que apenas tenía 10 días de haber comenzado a hacer realidad, como Gobernadora Constitucional del estado de Puebla. La nochebuena de hoy no se olvidará en la entidad poblana por lo que simbolizó esta pareja en la vida política de la entidad y el contexto en el cual ocurre su deceso. Este fin de año, los poblanos estamos viviendo tiempos difíciles, pero no en este momento, sino desde el 1 de julio, fecha en que se llevó a cabo una elección estatal que culminó hasta diciembre, tras un fallo del máximo tribunal federal en materia electoral que ratificó el triunfo de Martha Erika como gobernadora. Sin duda, han sido meses de una polarización política de la sociedad poblana que ha incrementado la tensión entre la clase política y la convivencia entre los ciudadanos; muestra de ello son las múltiples expresiones que vemos a diario en las redes sociales y en el ambiente político. No recuerdo estimado lector, cuándo fue la última vez que percibí a un gobierno tan dividido y distante con sus gobernados por las diferencias políticas entre nuestros representantes; quizás sea porque no había habido en Puebla, ni en el país, un escenario como el que se definió en las pasadas elecciones. Aun así, me resisto a creer que no podamos encontrar puntos de acuerdo en un momento en que se demanda la más alta civilidad política ante una crisis como la que estamos viviendo. Me ha tomado tiempo asimilar lo que ha sucedido en el estado, y probablemente al igual que a muchos, me ha costado trabajo entender cómo es que sucedió este hecho, hoy, en las circunstancias más inesperadas en un día que se supone lleno de alegría, reflexión y unión entre las familias. Al revisar las noticias, pude ver en el transcurso de la tarde expresiones de solidaridad, conmoción, asombro; así como de rencor y odio hacia los posibles responsables, según los propios internautas. Especulaciones que durante horas fueron incrementando la tensión y el conflicto entre quienes se sienten dueños de la verdad absoluta sobre lo ocurrido en Puebla; sin pensar en las terribles repercusiones que esta actitud puede generar en la convivencia social entre nosotros mismos, en la percepción hacia afuera, en la estabilidad política, y desde luego, en la paz social a la que todos aspiramos. Es lamentable acusar sin pruebas, condenar sin saber, o asegurar lo que no se sabe, cuando estamos a la espera de la información oficial del caso. Sería deseable confiar en las instituciones, en las conclusiones sobre la investigación, en la autoridad del Estado. Puebla necesita de la fuerza, inteligencia y capacidad de su gobierno en funciones y de la sociedad para mantener la gobernabilidad y gobernanza en la entidad. Por ahora, tendremos a un encargado de despacho en Casa Puebla, pero será el Congreso del Estado el que determine en las próximas horas quién será el gobernador interino para convocar después a elecciones. Como podemos advertir, vienen tiempos difíciles, pero tenemos una gran responsabilidad para lograr un estado un lugar seguro, confiable y estable en estos momentos; a partir de ahora, es enorme el reto para la autoridad electoral y política de la entidad, así como para la ciudadanía. Esperemos estar todos a la altura de las circunstancias para lo que viene para Puebla.
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