¡Ya basta!

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Israel VELÁZQUEZ G.


Diciembre 25, 2018

El accidente aéreo en el que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo, y su esposo, el exgobernador y actual senador, Rafael Moreno Valle Rosas, es una tragedia política que tiene como contexto el encono y la polarización vividas antes y después de las elecciones del 1 de julio pasado.

A Puebla hoy día le hace falta una voz, un liderazgo con suficiente autoridad política y moral para llamar al diálogo a los poderosos grupos que se disputan el poder en uno de los estados más importantes de México: Puebla tiene más de 6 millones de habitantes, y su capital, la ciudad de Puebla, es la tercera más grande del país.

El morenovallismo, una de las corrientes más fuertes en el Partido Acción Nacional, tenía también uno de los futuros más prometedores a nivel nacional bajo el liderazgo de Rafael Moreno Valle, quien tras perder la candidatura a la gubernatura, concretó una alianza con el actual dirigente del PAN, Marko Cortés, y se hizo de la coordinación panista en el Senado.

Hoy ese grupo se queda sin su líder y Acción Nacional pierde también a su coordinador en el Senado de la República, desde donde el partido, carente de cuadros sólidos y sin rumbo, perfilaba con Moreno Valle una férrea oposición al gobierno federal.

Puebla pierde además a su primera gobernadora, quien llegó al poder tras una cerrada elección que debieron dirimir los tribunales. Tras la muerte de Martha Erika Alonso, Jesús Rodríguez Almeida, titular de la Secretaría de Gobierno, queda al frente de la gubernatura en lo que el Congreso designa a un gobernador interino y justo ahí, en ese punto, es donde ahora resulta urgente una voz sensata que calme los ánimos, que tenga peso y poder de interlocución entre los grupos políticos.

Hoy se sabe, por declaraciones de la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, que "en conversación que tuve el pasado viernes (21 de diciembre) con la propia gobernadora del estado de Puebla, convenimos dejar atrás la contienda electoral, construir hacia adelante y que el señor Presidente de la República visitaría el estado de Puebla".

¿Habría bastado esa visita presidencial a Puebla para que los grupos se sentaran no a pelear, sino a hacer política? Ya es imposible saberlo. Habrá nuevas elecciones y ante semejante panorama y contexto es necesario que los políticos en ciernes que despachan en el Congreso del estado, en las alcaldías, en las regidurías, en las dependencias de gobierno, sean conscientes de la responsabilidad que implican sus cargos.

Es necesario, sin importar los colores que lleven tatuados, que se preparen y dejen de gritar. Que estudien. Que negocien. Que cedan. Que retrocedan. Que avancen. Que contengan sus filias y sus fobias…, y, sobre todo, que estén a la altura de lo que la sociedad demanda.

Hacerlo ya no es una opción, es un imperativo.

 

*Director Editorial de El Popular, diario imparcial de Puebla

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