Hacia dónde se puede ir

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Camilo Estrada Luviano


Enero 09, 2019

Sólo es el comienzo y, como es natural, las reacciones se ven en todos lados, porque los que eran beneficiados por la ubicua corrupción están respondiendo a estas primeras medidas que se están tomando para ir por el camino de la Cuarta Transformación. Insistimos que estas primeras medidas no tocan ni pueden tocar en esencia lo principal del sistema, del modo de producción en el que vivimos, es solamente el quitar los escollos que obstaculizan el "sano" desarrollo del capitalismo.

Solamente eso se busca y ese es el objetivo de la Cuarta Transformación. El no tener claro eso lleva a los que se dicen revolucionarios a la aberración de pedirle peras al olmo, y a los otros los lleva indefectiblemente a oponerse a esta cuarta transformación, haciendo actos que se revertirán contra ellos mismos, porque no se busca abolir las relaciones económicas existentes, sino solamente acabar con la corrupción, y para ello es indispensable transparentar las acciones de todos los actores, especialmente de aquellos que manejen recursos de todos, es decir, públicos.

Transparentar todo es imposible, porque la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción genera forzosamente la existencia de las clases sociales, y esto es hacer que cada quien se relacione con los medios de producción de manera diferente en una clase social o en otra, y la clase dominante por fuerza tiene que ocultar el hecho de que todos somos diferentes, no físicamente, sino socialmente, pero necesita de alguna manera justificar el hecho de que se apropie del trabajo ajeno, y esto la lleva a formular la gran mentira de que todos somos iguales, que todos tenemos las mismas oportunidades, porque todos somos los que constituimos el pueblo.

Sin embargo, a pesar de que está garantizada la persistencia de la explotación de los trabajadores y que, por las leyes existentes en el modo de producción, la transparencia total no es posible y a la competencia le son inherentes los golpes bajos y todo tipo de triquiñuelas, y que éstas sean legales, porque así debe ser para que la vida económica siga, existen miopes alimañas que se oponen a la Cuarta Transformación con el pretexto que sea.

Existe esta oposición porque la rapiña que había era gigantesca y los que se beneficiaban de ello no son pocos, y estos "no pocos" son los que son movidos por aquellos que les gusta "escupir para arriba", pero hay muchos más que a base de verdades a medias o con francas mentiras son puestos en contra de los cambios que se están realizando para lograr que todo siga igual.

Esta situación, de seguir así, llevará a la imperiosa necesidad de empezar a actuar para parar estas maniobras, pero esto sólo se podrá hacer con organización y consciencia y, si éstas no existen, seguirá la debacle, dando el terreno propicio para el acomodo de oportunistas y la frustración de los menos favorecidos por el orden existente, aunque se haya ordenado un cambio, la Cuarta Transformación, mas la organización no es cualquiera, sino una desde abajo, de los trabajadores y en general con todos los explotados y oprimidos (económicamente hablando), eso que se llama pueblo, y dentro de ella debe florecer la consciencia, pero tal que signifique saber, entender y enfrentarse cotidianamente a la situación real que vive cada uno de nosotros y el país en general para poder hacer las modificaciones necesarias, dejando el ámbito individualista y pensar, siempre, en los demás, en la sociedad y dentro de ella, en la clase social a la que se pertenece, pero sobre todo pensar en la patria donde cabemos todos, donde todos somos iguales con sus respectivas diferencias.

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