Jueves 14 de Febrero de 2019 |
"La opinión pública es hoy el lugar de coexistencia de opiniones e intereses particulares sin consenso general compartido." Luis F Aguilar Villanueva
La popularidad del presidente de México es considerada una de las más altas para un político en la actualidad, rondando entre el 66% y el 86% la aprobación de Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con diversas casas encuestadoras en el país, como Reforma, El Financiero, El Economista o Consulta Mitofsky. Tomando en cuenta el ambiente de crisis en el cual se encuentran los sistemas democráticos en el mundo, los cambios en la forma de hacer política con el uso del internet y las redes sociales, así como en el papel que hoy juegan los medios, es sorprende que no haya un desgaste significativo para AMLO, a pesar de las crisis que ha enfrentado como la consulta del aeropuerto, la caída del helicóptero en Puebla, el papel de México en el caso de Venezuela, o la estrategia contra el huachicol. Aunque, estos números pueden explicarse por aspectos como estos: • El presidente llegó al poder con una enorme legitimidad, basada en un discurso con una temática única prácticamente, pero que empatiza con la sociedad. • La opinión pública que votó molesta, desencantada con la democracia, los partidos políticos y sus representantes, parece estar aprobando hoy el cambio que eligió el pasado 1 de julio. • La estrategia de comunicación del nuevo gobierno conecta con la gente; basándose en limpiar el gobierno y acabar con los corruptos, y por supuesto, marcando la agenda con las Conferencias Mañaneras. Es poco el margen de maniobra que le da a los periodistas para crear la noticia, y mínimo el tiempo para poder lograrlo. • El presidente está gobernando en tiempo real, de forma intensa y abierta, con lo cual, esto muestra que el cambio está en proceso, particularmente el del régimen político, que busca dar respuesta a la sociedad, en términos de una política decisional que gire hacia el funcionamiento de instituciones honestas y confiables. • La imagen pública de AMLO es positiva en términos generales porque sigue basada en el combate a la corrupción, independientemente de que sus acciones, o de su gabinete, en ocasiones hayan sido contradictorias. O bien, de que no haya cumplido con su palabra. Sin embargo, el hecho de que el mandatario cuente con estas elevadas cifras de popularidad en este momento, no significa que la opinión pública se mantendrá con ese mismo nivel de confianza durante todo el sexenio. Sin duda, puede haber una serie de factores que afecten el respaldo social en sus decisiones de gobierno. Entre estos, destaco los más probables, si es que el gobierno funciona en una dirección distinta respecto a la narrativa del presidente: • Que suban los impuestos, sino se logra impulsar una política fiscal que le permita al gobierno gastar como lo tiene planeado en programas sociales. • Que el cambio no suceda, que no se concreten acciones específicas que demuestren que el presidente no tolera la opacidad, el abuso del poder, el tráfico de influencias, y mucho menos, la impunidad, en casos de corrupción política. Lo que incluye la no intervención política del ejecutivo en la actuación de la Fiscalía General de la República. • Que se mantengan los índices de inseguridad y violencia en el país; lo que implica que de no atenderse la inseguridad sí pueden cambiar esos niveles de aprobación con los que hoy cuenta porque la ciudadanía no vería más con buenos ojos la falta de resultados que hoy espera en un tema que también le importa mucho. • Que la micro y macro economía no sean del mismo nivel de interés para el presidente. • Que su gabinete, como una extensión de su imagen sea incongruente; es decir, que sus miembros no se comporten o actúen como se ha buscado mantener la imagen de AMLO por años, en términos de austeridad y cercanía con la gente. Por lo pronto, si el combate a la corrupción es el lema principal de este gobierno, sería deseable medir año con año el nivel de cumplimiento de AMLO para asegurar que la máxima premisa del presidente se cumplió. Con esto, pasaría a la historia como el presidente del cambio y comenzaría a transformarse también el sistema político en su conjunto. Ya veremos qué decide y qué decide también la opinión pública para el 2021.
*Profesora de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey @floresm_mx / info@reconstruyendociudadania.org |