¿Emergencia nacional? o ¿las ficciones de Trump rumbo a 2020?

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Tomás Milton MUÑOZ


Febrero 16, 2019

Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la declaración de "estado de emergencia" el viernes pasado para contar con fondos que le permitirían ampliar el muro fronterizo con México, detener a los migrantes que vienen del sur, parar el tráfico de drogas y hacer más seguro al país, la realidad demuestra que el mandatario estadounidense sigue empeñado en mantener su base electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2020, por lo que -sin escrúpulo alguno-inventa crisis y crea enemigos ficticios a diestra y siniestra, en contubernio con poderosas empresas de comunicación, como la cadena de noticias Fox News.

Desde la Casa Blanca, Trump aseguró que la orden ejecutiva servirá para atender la crisis humanitaria que afronta Estados Unidos ante la llegada masiva de migrantes indocumentados, a quienes en su meta narrativa los convierte en enemigos que invaden la Unión Americana para destruir los valores y la seguridad del país estadounidense, sin embargo, no existe tal crisis para la nación de las barras y las estrellas, pues en los últimos años el número de personas en condición irregular ha disminuido, en lugar de incrementar.

De acuerdo con un informe de 2018 del Pew Research Center, el número de inmigrantes indocumentados pasó de 12.2 millones en 2007 a sólo 10.7 millones en 2016 debido a varias razones, entre ellas la férrea política de expulsión que mantuvo el expresidente Barack Obama en sus dos mandatos, la menor llegada de personas de origen mexicano –que aún representan la nacionalidad con más personas irregulares en Estados Unidos-, y a que un millón de extranjeros se acogió a programas de protección para evitar la deportación, mismos que están en peligro de desaparecer por acciones ejecutivas emprendidas por el actual gobierno estadounidense.

Trump, quien prometió en campaña sacar a todos los indocumentados del país, no ha superado las casi 3 millones de deportaciones hechas por Obama, no sólo porque es inviable, también porque la "invasión de migrantes" que sostiene el actual inquilino de la Casa Blanca es inexistente.

El Pew Research Center reconoce un incremento en el arribo de migrantes provenientes de América Central, pero los centroamericanos no alcanzan por sí solos los números totales que se tuvieron entre 2002 y 2007, periodo en el que cada año llegaron 715 mil extranjeros de forma clandestina, mientras que entre 2011 y 2016 el promedio anual fue de apenas 386 mil indocumentados.

En síntesis, para Estados Unidos el arribo de migrantes centroamericanos no representa una crisis humanitaria, pues podría implementar medidas para atender los flujos sin necesidad de ampliar el muro, lo que sí es una crisis es lo que viven miles de centroamericanos que deben cruzar México –en donde son vejados, torturados, secuestrados, violados y extorsionados por el crimen organizado y algunas autoridades-y después –si alcanzan la frontera sur estadounidense -son rechazados por Estados Unidos o sus trámites de asilo son detenidos por meses, pero eso no le importa a Trump, pues lo que desea el ex presentador de televisión es seguir vendiendo la idea a su base electoral dura de que los inmigrantes son delincuentes, violadores y asesinos, sin importar que diferentes estudios demuestran las aportaciones económicas que hacen los extranjeros con y sin documentos.

En cuanto al narcotráfico, Estados Unidos vive una epidemia de opiáceos que sólo en 2017 cobró la vida de unas 72 mil personas, de acuerdo con un informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC); no obstante, el ingreso de la mayor parte de las drogas ilícitas a territorio estadounidense se hace por medio de puntos terrestres autorizados y por mar. En la segunda vía se utilizan, según la Organización de las Naciones Unidas Contra la Delincuencia Organizada (UNDOC), botes pesqueros y otras naves, incluidos sumergibles, que cruzan el Pacífico, y embarcaciones rápidas y submarinos en el Atlántico. A lo anterior hay que sumarle aeronaves de diferentes tamaños, el uso de drones y de túneles que van por debajo del muro fronterizo.

De nueva cuenta, el presidente estadounidense miente y Fox News difunde y promueve sin cortapisas esas mentiras y también las verdades a medias, pues un muro no contendrá el ingreso de drogas mientras parte de su población (casi 30 millones de adictos, según la oficina del Cirujano General de la Nación) siga demandando sustancias ilícitas, ya sea para divertirse, saciar vacíos existenciales u olvidar condiciones desfavorables presentes en el "american way of life".

En el mismo sentido, al mandatario norteamericano le hace falta autocrítica y sigue sin reconocer que autoridades de ese país están coludidas con los grupos del crimen organizado para satisfacer al mercado local. Al mismo tiempo, las estructuras de los capos estadounidenses siguen sin ser atacadas, como lo demostró el reciente juicio en contra de Joaquín "El Chapo" Guzmán, pues durante todo el proceso no se revelaron datos importantes de sus socios estadounidenses ni de autoridades corruptas partícipes en el gran negocio.

Las drogas duras no se distribuyen solas en Estados Unidos y nadie obliga a esos casi 30 millones de adictos a consumir las sustancias. Al mismo tiempo, en México y en Centroamérica continúa el contrabando de armas proveniente de la Unión Americana y la violencia desatada por organizaciones criminales, en medio de una política prohibicionista impuesta desde Washington, que lo único que genera es muerte en el sur y negocio en el norte.

Con la declaración de emergencia nacional, Trump pretende hacerse de unos 8 mil millones de dólares para reforzar la seguridad en la frontera y expandir la construcción de su anhelado muro, que se ha convertido en un símbolo de su racismo, demagogia y de su fracaso frente a los demócratas en el Congreso. El magnate, que suele vender imágenes de éxito hasta cuando sus empresas están en bancarrota, ha sido incapaz de obligar a México de pagar la construcción de más barreras en la frontera común –promesa recurrente en su campaña electoral y amenaza constante durante su primer año de gobierno- y también ha sido ineficaz para negociar con los demócratas en el Congreso partidas presupuestarias dedicadas a la seguridad, situación que ha provocado cuatro "apagones de gobierno", el último de ellos entre diciembre y enero pasados.

El presidente de Estados Unidos, y ex participante de programas televisivos de entretenimiento, aún no puede cantar victoria, pues los demócratas, encabezados por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, han advertido que harán todo lo posible para evitar que Trump violente la Constitución, pues además de considerar ilegal la acción, afirman que el país sería menos seguro al quitar fondos de otras partidas para dedicarlos a la construcción de nuevos muros en el propósito "trumpiano" de atender una "crisis que no existe".

En caso de que se imponga Trump y la difusión de noticias falsas, la posible extensión del muro no va a hacer a Estados Unidos más seguro, ni detendrá los flujos migratorios y mucho menos terminará con el tráfico de drogas, tal y como lo han demostrado las actuales barreras fronterizas que datan desde la década de 1990, y sólo representaría un símbolo xenófobo, inoperante y con graves consecuencias para el medioambiente.

 

* Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Profesor e investigador de tiempo completo adscrito al Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM y profesor de cátedra en el ITESM Puebla.

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