Teziutlán, un primer tropiezo de la NAU

  • URL copiada al portapapeles

Jesús TAMAYO


Febrero 26, 2019

Los 197 estados que en 2016 suscribieron en Quito, Ecuador, la Nueva Agenda Urbana, expresaron entonces su intención de "reorientar la manera en que se planifican, se diseñan, se financian, se desarrollan, se administran y se gestionan (hoy) las ciudades y los asentamientos humanos".

Esta reorientación que busca que nuestras ciudades sean inclusivas, sustentables y amigables con todos sus habitantes, sin distinción de raza, edad, sexo, clase social, etc. Se apoya en que los ciudadanos participen en las decisiones de gobierno (lo que se entiende hoy como gobernanza), al contrario de lo que hasta hoy ha venido sucediendo donde los ciudadanos "han nacido para obedecer, respetar (y en algunos casos hasta aplaudir) las decisiones del gobierno".

Pero tenemos noticia reciente de que en el bello pueblo de Teziutlán, "la Joya de la Sierra", la decisión inconsulta del alcalde de modificar/modernizar el mercado local, adjunto al edificio de la alcaldía a su gusto y preferencia, chocó con el gusto y las preferencias de activos ciudadanos locales preocupados por la imagen de su ciudad y se opusieron al proyecto, recurriendo al INAH para suspender las obras ya en curso; la autoridad local del INAH ordenó entonces suspender las obras en tanto se dieran las negociaciones, pero el alcalde decidió desconocer y no hacer caso de tal orden y continuo con la obra en proceso.

Nos apena el conflicto, pero independientemente del desenlace que tenga, nos queda claro que en nuestro país, no sólo en Teziutlán, los alcaldes electos, obligados por ley a administrar y gestionar la ciudad o asentamiento incluso en el territorio de su alcaldía, deciden por sí y ante sí lo que creen es más conveniente para la ciudad y sus ciudadanos (y a veces para sus bolsillos) y actúan en consecuencia, independientemente de la opinión, el gusto o los deseos de "los ciudadanos que los eligieron" (muy frecuentemente desorganizados, aunque éste no es el caso en Teziutlán).

No quiero ser injusto. En nuestro país, a veces, se consulta a los ciudadanos sobre alguna propuesta, y se da el caso de oposiciones insensatas, pero también de sugerencias que parecen mejorar la propuesta o de ideas claras acerca de los efectos negativos de la idea original (caso "guardia nacional"). Pero lamentablemente, esta apertura es prácticamente inexistente a nivel municipal.

En suma, en nuestro país, la mayoría de los ciudadanos no hemos aprendido a participar y muchas autoridades no han aprendido aún a escuchar para mejorar sus acciones o para suspenderlas cuando se les demuestra su sinsentido.

Estamos aún lejos de la gobernanza buscada, pues ésta supone ciudadanos avispados, organizados y sensatos y autoridades inteligentes y dispuestas a aceptar la crítica sin enfurecer.

Esta distancia es la que nos separa de una sociedad civilizada y nos deja todavía en el mundo de los comportamientos tribales.

Si no superamos esta condición, las buenas intenciones de la Nueva Agenda Urbana seguirán siendo eso, buenas intenciones.

* Arquitecto y M.D.U.

[email protected]

  • URL copiada al portapapeles