El milagro que no se hará

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Camilo Estrada Luviano


Febrero 27, 2019

Cualquier empresario puede ser una buena persona, honesta, pero como capitalista siempre, aunque afirme y jure que no, es alguien que se apropia del trabajo ajeno. El trabajo ajeno creado por el trabajador y no pagado por el empresario es la ganancia de éste. Por eso el patrón siempre gana, no le es indispensable la corrupción, ésta simplemente le acrecienta sus ganancias.

Y como la ganancia es el objetivo principal del capitalista, y ésta es aumentada por la corrupción, a ella recurre siempre que es posible; la falta de transparencia es consubstancial en todas sus transacciones y para no tener que transparentar nada hasta existe el secreto, ya sea industrial, bancario, etc., o simplemente se hace "asunto de caballeros".

Así es como funciona toda la economía capitalista, la falta de transparencia en ella no es pecado, sino más bien es esencial para el buen funcionamiento del sistema, impera la propiedad privada sobre los medios de producción y por lo mismo lo mío es mío y no tiene por qué ser del dominio público. Este razonamiento se extiende a todo y a todos.

A esto agreguemos que el individualismo es el amo y señor de todas las relaciones humanas en el sistema capitalista, pero como la historia del pueblo mexicano no es la historia del capitalismo, en nuestra sociedad perviven formas de organización ancestrales que chocan con este individualismo imperante, la principal de estas formas es el espíritu de comunidad que para los negocios del capital no tiene ninguna significación, es más, es un obstáculo que hay que destruir.

La destrucción del espíritu comunitario lleva a la destrucción de todo el entramado social ya que éste se asentaba en él y todas las actividades tienen que subordinarse a las reglas que impone el capitalismo dando, como resultado toda una monstruosidad que es en la que estamos viviendo en la actualidad en donde impera el ganar por ganar, donde la gente es la que menos interesa, porque lo que se persigue por sobre todas las cosas es la ganancia, pero la ganancia capitalista venga de donde venga y siguiendo los caminos que sean.

Se puede poner un pequeño -muy pequeño- orden y esto es lo que está haciendo la 4T: está empezando a acabar con la corrupción en el gobierno y a transparentar todas las acciones de sus funcionarios, pero sólo eso. No se puede hacer más, porque para eso habría que cambiar todas las relaciones de producción existentes y eso no fue lo que se propuso para que AMLO ganara las elecciones el 1 de julio de 2018. 

La orden que se dio en las pasadas elecciones fue bien clara: iniciar el cero tolerancia a la corrupción y el transparentar todas las acciones del gobierno, nada más.

Pero si el gobierno está en manos populares, el poder sigue estando en manos de los potentados y éstos tienen todos los recursos para, por lo menos, frenar al gobierno o a una parte de él… seguimos viviendo en el capitalismo y sus reglas son las que rigen y seguirán rigiendo todas las actividades de los mexicanos.

Llamar a los lobos a que sean buenos es esperar a que suceda un milagro, milagro que no se hará, porque solamente se persigue una renovación moral, no una revolución económica, sólo se persigue que el sistema capitalista funcione "decentemente" sin corrupción, y con todas sus acciones transparentes, como si eso se pudiera, ya que en el régimen de propiedad privada sobre los medios de producción se parte desde el inicio de la apropiación del trabajo ajeno que es lo que en esencia se traduce en ganancias… y esto abre las compuertas para todo lo demás; las señales son más que claras.

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