La crítica reaccionaria y la crítica revolucionaria

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Eleusis CÓRDOVA MORÁN


Marzo 08, 2019

Para fundamentar mi opinión de la semana, citaré textualmente partes de un artículo escrito en junio de l988 por el Maestro Aquiles Córdova Morán, que es una de las tantas genialidades que ha producido para ir conformando la conducta de los que aspiramos a ser sus leales y sinceros colaboradores en la conformación del Movimiento Antorchista Nacional, como instrumento de defensa de los más necesitados de este país. Juzgue el lector.

"En la ideología burguesa y reaccionaria, el concepto de crítica es sinónimo de calumnia, agresión e intromisión ilegítima en asuntos de la vida privada de las personas. La burguesía y sus ideólogos no entienden ni hablan de la crítica de otra manera porque, entre ellos, es el único tipo de crítica que se conoce y práctica… Siempre han entendido que la crítica es un recurso para agredir, desprestigiar y avergonzar al enemigo, por lo tanto, para ellos, criticar significa propalar los rumores más hirientes, las calumnias más graves, los secretos más íntimos de sus adversarios, con el fin de desprestigiarlos y abatirlos política y moralmente".

Leída la caracterización que de manera perfecta se hace de la crítica reaccionaria, se deduce inmediatamente que los ataques que lanza el Presidente López Obrador contra el Movimiento Antorchista Nacional encuadran a la perfección en el tipo de crítica reaccionaria. De esta clase es la crítica que el Presidente López Obrador lanza un día sí y otro también contra nuestra organización. Al llamarnos "huachicoleros", "intermediarios", "Antorcha Mundial" y de quedarnos con "mochadas", sin demostrar con pruebas fehacientes sus aseveraciones, realiza una crítica calumniosa, agresiva, como recurso para agredir, desprestigiar y avergonzar al enemigo propalando los rumores hirientes y las calumnias más graves para desprestigiar y aniquilar a nuestro movimiento. Y no podía ser de otra manera, ya que el Presidente, dado su historial político, es un reaccionario y, por tanto, actúa como tal. Sus declaraciones en favor de los pobres, sus frases "revolucionarias", su campaña contra la corrupción, son poses y una ridícula mascarada para esconder sus verdaderos fines y propósitos: liquidar toda oposición política, acallar toda crítica a sus actos de gobierno, acabar con las verdaderas organizaciones sociales e instalar un gobierno donde su voluntad sea el principio y fin de todas las cosas. Así se explican todos los ataques contra Antorcha y contra quienes han caído en el error de no doblar la cerviz ante la presencia del nuevo Cristo redentor. Así se explica la suspensión del aeropuerto, que dejó sin trabajo a más de 40 mil trabajadores; la suspensión de las estancias infantiles, que afecta directamente a las madres trabajadoras que necesitan dejar a sus pequeños hijos al cuidado de gente especializada mientras trabajan para ganar el sustento diario.

Así se explica la suspensión del seguro popular y de 125 programas sociales más. El Presidente López Obrador, como Luis XVI creador del prototipo de la monarquía absoluta, dice: "El Estado soy yo".

Torno a la cita: "La crítica revolucionaria debe entenderse y practicarse como un método de evaluación, sereno y objetivo de los aciertos y errores en el pensamiento, la acción y conducta del individuo… La crítica revolucionaria no tiene como objetivo ofender, atacar o degradar, sino todo lo contrario, es colocar al individuo frente a su propia y exacta realidad sin exageraciones ni disminuciones, ayudarlo de un modo efectivo a conocerse a sí mismo, con el propósito constructivo de corregir sus errores y desviaciones, y de ampliar sus virtudes y aciertos. Así entendida y practicada, la crítica se convierte, de forma de ataque y ofensa, en el mejor instrumento para la educación y reedificación de los hombres, de modo que su práctica no sólo resulte conveniente, sino absolutamente indispensable… Para poder cumplir su papel educador la crítica debe ser objetiva, fundamentada y desapasionada".

Luego de que se termina la lectura de la definición de crítica revolucionaria, de manera natural, queda perfectamente claro, como traje hecho a la medida, que a esos principios se ajusta el actuar de Antorcha Revolucionaria. Veamos si no. Esta forma de trabajar, es la que nos ha permitido ganarnos la militancia decidida de tres millones de ciudadanos y el aprecio, respeto y simpatía de millones de mexicanos.

Al criticar el programa de transferencia monetaria, buscamos que se dimensione con objetividad los beneficios sociales que traerá su aplicación y se concluirá que, dado que nunca sacarán de la pobreza y la marginación a los humildes de este país, es necesario, a la par con ello, aplicar una política de creación de empleos bien remunerados para todos los que estén en edad de trabajar, y enrumbar así los destinos de México por un camino que nos llevará, sin ninguna duda, a forjar un país libre de miseria, injusticias y atraso.

Aquí no hay ofensa para nadie, sólo intentos serios de objetividad, fundamentados teórica y prácticamente en la realidad y necesidad mundiales e impregnados de apasionamiento por la urgencia del crecimiento y desarrollo de nuestro país. Al criticar que es un error gravísimo la anulación del aeropuerto de la ciudad de México, anulación que mantendrá endeudados a todos los mexicanos, según especialistas financieros, por más de treinta años, no lo hacemos por intereses personales, no lo hacemos porque estemos defendiendo al gran capital ni porque nos interese ofender o desprestigiar al gobierno. Lo hacemos porque vamos en el mismo barco: lanzamos un grito de alerta al capitán para evitar el naufragio y conservar la vida de toda la tripulación, buscando que en esta tarea ponga todo su empeño en la estabilidad financiera y política del país. Lograrlo es su función de Capitán.

Criticamos el cierre de las estancias infantiles porque su clausura es una injusticia muy grave que se viene a agregar a los grandes y graves problemas que vienen padeciendo los pobres de nuestro país.

Estamos en contra de la suspensión de la Reforma Educativa, porque es volver a poner en manos de la CNTE, el SNTE y corifeos, la educación pública en México, política que la realidad ha demostrado nos encadenó y nos encadenará a seguir siendo un país atrasado y sin perspectivas para alcanzar un alto nivel científico y tecnológico, que nos haga un país competitivo en el concierto de las naciones.

Estamos en contra de la suspensión del seguro popular porque condena a los pobres en pleno siglo XXI a morir de enfermedades curables, sin poder acceder a los servicios médicos a que el seguro popular les permitía acudir. A la muerte por hambre se agrega la muerte por enfermedades curables. Otra grave injusticia contra los pobres.

Toda la crítica a estos actos de gobierno y a otros con los que no estamos de acuerdo, pero que sería prolijo enumerar, Antorcha realiza una crítica revolucionaria, (y si no es así, que se nos demuestre lo contrario con argumentos sólidos, sin calumnias ni ofensas) que no sólo no debe ser atacada sino reconocida por su sinceridad, objetividad, realismo y franqueza, que coloca al Presidente ante la realidad de sus actos para que cambie, mejore o supere su política que dice está a favor de los pobres, política que hasta ahorita, bien a bien, no saben en qué los beneficia y empiezan a sospechar con cierta seguridad que la cuarta transformación es solamente agua de borrajas.

Termino. Después de leer, apreciado lector, las citas del artículo del Maestro Aquiles, estoy seguro que tendrá usted la misma sensación de exactitud en sus palabras y la misma seguridad en su dirección que me invade, aún sin ser usted antorchista. Esto nos lleva a afirmar que al frente del Movimiento Antorchista se encuentra un verdadero genio de la política: por eso estamos seguros, que de esta intentona liquidacionista no sólo saldremos victoriosos sino más fortalecidos numérica y políticamente. Antorcha como Anteo, el hijo de la tierra, quien por cada caída su madre le proporcionaba más fuerzas, lo que lo hacía invencible, nosotros ante cada ataque, ante cada calumnia, ante cada mención como "Antorcha Mundial", nos sentimos más grandes, (pues nadie se ocupa de algo que no tiene importancia) y más dispuestos a luchar por nuestro derecho a la libre organización por nuestro derecho a la gestión y por nuestro derecho irrenunciable a una vida más justa y más humana, con la seguridad de qué vamos a triunfar bajo la dirección de nuestro genial líder.

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