México: prensa en riesgo

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Mario DE VALDIVIA


Marzo 09, 2019

"La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa" – "Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas a través de cualquier medio". Artículos 6º y 7º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América, inició, desde su campaña, arteros e infundados ataques a la prensa libre, particularmente a los prestigiados diarios The New York Times y Washington Post, caracterizados por su valerosa y permanente crítica al papel de políticos corruptos en ese país, habiendo ya desencadenado la renuncia de un presidente, Richard Nixon y haber sometido a incómodo proceso a Jimmy Carter. El edificio Watergate y la Sala Oval, fueron centros de acontecimientos sensacionales en el siglo XX.

Trump puso de moda la expresión "fake news" (noticias falsas), al vociferar en contra de la información de prensa y otros medios, intentado con ello denotar que se engaña y se desinforma al pueblo. Se ha dedicado a atacar a los medios que lo critican o que han exhibido sus inconsecuencias, sus falsedades y sus mentiras. Desde la Casa Blanca se está diariamente atentado contra la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la libertad de expresión y condena cualquier iniciativa que atente contra la prensa. En México, esas garantías están contenidas en los artículos 6º y 7º de nuestra Constitución. Son derechos ya de orden universal.

El ejercicio periodístico no sólo es un medio de información y comunicación. El periodismo es también la expresión misma de la libertad y de la crítica indispensable de la actividad pública. Gracias la prensa, a la radiodifusión y a la televisión, el público conoce lo que sucede y ocurre cotidianamente y, aún de inmediato, en la localidad, en el país y en el mundo.

El periodismo de opinión está obligado (por ser inherente a su naturaleza), a observar, señalar, revelar y criticar la conducta de funcionarios, de políticos o de empresarios; toda vez que desde el gobierno se ejerce el gasto público y éste es producto de los impuestos que pagamos los contribuyentes. Por tanto, los señalamientos a conductas del poder público, no deben caer en el servilismo, definido como la tendencia exagerada a servir o satisfacer ciegamente a una autoridad. Tampoco se debe incurrir en la adulación y la lisonja a servidores públicos, so pena de perder la independencia, la honestidad y la dignidad que son pilares de la libre opinión.

Al actual presidente de la República no le parecen afines a su ideario político algunos medios de comunicación, principalmente el diario capitalino REFORMA, al cual frecuentemente tacha de "prensa fifí". El viernes 8 e marzo de 2019, en su conferencia mañanera, dijo que sus diferencias con REFORMA son por la "postura conservadora" de ese diario; porque "surge en el gobierno de Salinas"; "que no ha procurado tocar a Salinas"; que "no cuestionó el saqueo del período neoliberal"; que "ayudo en el fraude electoral". Ese diario se ocupó de mostrar los encabezados de sus duras críticas a los presidentes Salinas, Fox, Calderón y Peña, desmintiendo y contradiciendo los dichos presidenciales. En el mismo día, uno de los directivos de REFORMA y su esposa, fueron citados por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), por una supuesta diferencia de ¡$12 mil pesos! en una declaración fiscal de hace cuatro años, siendo esto ya, para algunos críticos, un verdadero acoso e intimidación a un medio independiente.

Esta hoja se adhiere a la libertad de opinión consagrada en la Ley. Los altos puestos gubernamentales deben respetar el criterio ajeno, revisar fuentes de información y ser veraces. Las libertades públicas deben estar invariablemente protegidas y no atacadas por los mandos del Estado. Expresamos libremente solidaridad con REFORMA, con sus editorialistas y con otros medios de información cuyas posturas difieran del oficialismo.

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