Viajar sano

Con los cambios bruscos de temperatura a veces ya no sé en qué estación del año vivo

Con los cambios bruscos de temperatura a veces ya no sé en qué estación del año vivo porque, y sé que muchos estarán de acuerdo conmigo, en un día podemos pasar de noches frescas y frías a días insoportablemente calientes. La diferencia es que aquí podemos acudir al doctor rápidamente. Pero, ¿y qué pasa cuando estamos en otro país? Viajar no nos hace inmunes a las enfermedades. De hecho, es cuando más prevenidos tenemos que ir ya que viajar puede causar estrés, el cuál baja las defensas y nos hace más susceptibles a enfermedades y déjenme, les cuento en corto y casi como si se los susurrara al oído en secreto: enfermarse en otro país, en otro idioma, en otra cultura es, ¡horriblemente costoso!

Primero, como ya les he contado previamente en otras columnas, les hago mucho hincapié a que se preparen para viajar. No sólo en la maleta sino también en su seguridad y bienestar. Es sumamente importante iniciar su viaje estando tranquilos que cuentan con algún tipo de seguro de viajero. Éste puede incluir gastos médicos o consultas en el extranjero. Es muy importante que no empiecen su viaje sin antes consultar con su aseguradora, agencia de viajes o su banco personal. Créanme, viajar con esta tranquilidad no tiene precio.

Segundo, si ya tienen planeado su próximo viaje, lo mejor es cuidarse mucho antes que comience. Mi primer viaje del año no empezó como a mí me hubiera gustado. Dos días antes de partir, recaí de la gripa que supuestamente había vencido. Por políticas de la aerolínea no pude hacer ningún cambio en mi boleto y tuve que viajar así. Lo bueno es que fue un vuelo muy corto, pero honestamente la pasé mal.

Tercero, viajar con botiquín nunca es mala idea. Si van a aventurarse demasiado, infórmense si el país que visitarán no requiera algún tipo de vacuna. Si es así, tomen precauciones y nunca está de más llevar con ustedes medicamento que probablemente necesitarán en el camino. La gripa y las infecciones estomacales son más comunes de lo que creen. Llevar con ustedes un poco de antibiótico tampoco es mala idea, ya que, si no cuentan con un seguro de viaje, una consulta en otro país puede ser hasta más cara que el medicamento. Siempre recuerden llevar receta por si en aduana se las piden, ustedes puedan comprobar que es de uso personal y preventivo.

En mi botiquín siempre incluyo, antiinflamatorio para la garganta, gotas para infección en el oído, pastillas para la diarrea, algún antibiótico y en mi bolsa nunca falta antibacterial para las manos. ¡A prevenir!

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