Lo que mueve a una organización

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Eduardo GÓMEZ GÓMEZ


Marzo 25, 2019

Independientemente de la naturaleza de cualquier organización, cada una de ellas requiere realizar las acciones necesarias para mantenerse funcionando y, eventualmente, expandirse.

Desde luego, hay organizaciones con fines de lucro y otras que no lo son, o al menos que dicen que no lo son, aunque en virtud de las estructuras legales, políticas y administrativas ocupen figuras ajenas a su verdadera naturaleza. Y aun así, necesitan obtener lo necesario para mantenerse operando, y más si es que aspiran a expandirse, a extenderse, a crecer, a aumentar su presencia o peso.

Por tal razón, además de los fines necesarios para su existencia, cada organización requiere una razón de ser, un ámbito en el que desempeñarse y una serie de aspectos que pueden estar más o menos claros en sus creadores y funcionarios, pero que no por ello dejan de estar presentes.

De esta forma, cualquier organización nace con "una razón de ser", con algún propósito dado, y cuando uno observa con mayor detenimiento, tal propósito tiende a desdoblarse en un propósito inmediato, por un lado; y en un propósito trascendente que marcará su contribución y porvenir. Desde luego, ambos requieren ir alineados, pero no necesariamente son idénticos.

La primera acepción del Diccionario de la Real Academia Española para "propósito" es: "ánimo o intención de hacer o de no hacer algo". Por tanto, un propósito se materializa cuando se concreta una contribución considerada como máxima o valiosa, que es pretendida o deseada y que está hecha hacia algo o hacia alguien. Y, por lo general, debajo de este propósito subyacen una serie de criterios, parámetros o fundamentos que regulan la forma en la que tales propósitos se realizarán. Tal es el papel de los valores o principios.

De esta forma, en la base de cualquier organización hay valores o principios. Hace décadas esto era parte del sentido común, y con la "era de la globalización" y del "fin de las ideologías" hubo quienes prescribieron que tales bases eran obsoletas y superfluas. Pese a los intereses que esas voces defendieron y defienden, aún hoy las personas y las organizaciones guían sus comportamientos y actuaciones con base en sus principios. Y es un sinsentido que esto llegue a cambiar, pues detrás de la actuación de cada persona hay valores muy concretos que determinan su actuación.

Y lo mismo ocurre con las organizaciones, que no operan como entes independientes, sino como un agregado o cooperación de personas concretas con valores o principios que pueden observarse empíricamente en su comportamiento.

De tal forma que, en la misma base de cada organización, los valores tienden a regular el comportamiento de cada uno de los colaboradores, y permiten a cualquier persona reconocer la integridad de una organización dada (y, por tanto, de sus integrantes).

¿Cómo se definen estos valores en las organizaciones, dado que hay más de una persona en ellas (en ocasiones hay cientos o miles de personas involucradas)? Bien, el creador o fundador de la organización y quienes la hicieron con él son los responsables de los valores de una organización.

Ahora bien, dado que no es posible que encuentres a una persona sin valores o sin principios, ocurre lo mismo con las organizaciones. Vale repasar este punto. Es posible que alguien piense que como Fulano no se comporta como él piensa que sería "correcto", entonces Fulano no tiene valores. ¿Puedes observar lo absurdo del tal pensamiento?

El que una persona no comparta los valores de alguien más, no significa que ese alguien más no tenga valores; simplemente significa que no son exactamente los mismos, o que no se comprenden en la misma forma. Lo cierto es que cada persona tiene valores, y tanto su actuar como la ruta que sigue en su desenvolvimiento se derivan de tales valores y del grado en que la persona sea consciente de éstos y los viva.

Hay personas que no son conscientes plenamente de sus valores, y entonces, en su actuación, no despliegan en su totalidad lo que representan sus valores. Hay personas que adoptan los valores de alguien más, pensando que son los suyos y, dado que en realidad no lo son, entonces están constantemente en problemas, diciendo cosas que no hacen y haciendo cosas que no dicen; es decir, con visible incongruencia, ¿te hace sentido?

Ahora bien, ¿qué efectos consideras que esto genera dentro de una organización?

 

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