Viernes 29 de Marzo de 2019

Perder la capacidad de asombro y la ingenuidad marcan el fin de nuestra infancia. Éstos y otros elementos que me gustaría remarcar: ver por primera vez a un muerto –en vivo, aunque suene paradójico–, que nos rompan por primera vez el corazón, que reconozcamos la maldad y la soledad que habitan en nosotros también hablan del fin de la infancia.

Ernesto Reyes hace un rescate y trata de recordarnos que no deberíamos alejarnos de nuestra primera infancia y llevarla con nosotros hasta envejecer, hasta que ya no seamos nada, ni siquiera polvo, para reinventarnos y rescatarnos en nuestras experiencias primigenias.

Se visten niños dios, es un poemario corto pero no por ello el trabajo con el lenguaje –materia primigenia de la poesía– se da por descontado. En el libro, el autor nos confronta con nuestros recuerdos de infancia más preciados, con nuestra forma de evolucionar y quizá también con nuestras enfermedades: quiénes somos y para qué venimos a este mundo podría ser una de las temáticas de este libro.

Ernesto Reyes nos dice: "el problema no es si dios existe/–el problema es si dios creería en nosotros", Con este par de versos arranca el poema que le da título al libro y nos damos cuenta de que no es un poemario ingenuo sino por el contrario, se trata de un poemario que hace cuestionarnos nuestro lugar en el mundo y nuestro sistema de creencias: "todos cargamos con la semilla de/nuestra destrucción".

El poemario es un recuerdo para no dejar de jugar e inventarnos: ¿cuántas veces en nuestra vida hemos obtenido un "no" como respuesta a una pregunta que esperábamos fuera positiva? Y a pesar de ello, hemos logrado sobrevivir. El juego siempre será una búsqueda de sobrepasar nuestros límites para volver a nosotros.

En esta época de tanta soledad y de tanto vacío aparece la voz de Ernesto Reyes, quien nos invita a no perder la esperanza y recobrar ante nuestros propios ojos nuestra voluntad creadora: los recuerdos más felices y más amargos de nuestra vida: la infancia, esa etapa en la que estamos de lleno en el paraíso y nosotros no lo sabemos.

El mundo es un taller en el que se confeccionan pequeños disfraces con los que nos enmascaramos y nos protegemos, con los que adoramos a nuestras figuras míticas y con los que nos enfrentamos al mundo: "Se visten niños dios" para/comprar un traje de la selección/mandar a hacer una máscara de luchador/pegarle los deditos a una figurilla/vestirla de Capitán América."

Ernesto Reyes estudió Letras Inglesas en el Programa Internacional de Goldsmiths, University of London y éste es su primer poemario, Además cursó un diplomado en creación literaria en el Centro Xavier Villaurrutia y nos hace una invitación a nunca dejar de imaginar, para que a través de nuestras ideas podamos restaurar una utopía que hemos perdido con los años, mientras nos hacemos adultos.