Empoderamiento ciudadano de la salud y los retos de la medicina pública
Un reloj digital que controle el cuidado de la salud del hombre, y en caso contrario, alerte… ¿se ve lejano? Pues es tan real como que empresas aseguradoras ya integran estos servicios en sus contrataciones de seguridad médica, ¿el motivo? El desinterés de los ciudadanos sobre su propia salud y los altos costos que implican las enfermedades y sus tratamientos.
Las nuevas apuestas en la industria médica giran en torno del empoderamiento ciudadano de la salud. Es elevado el costo que implican las enfermedades y sus tratamientos, si consideramos que una persona atiende su salud hasta los últimos cuatro años de su vida, cuando su estado de salud presenta ya alguna anomalía, no hay prevención.
En el 16º Seminario de Periodismo en Ciencia y Salud que se desarrolla en la Ciudad de México, que reúne periodistas de México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú se abordó el tema de la contribución de salud al desarrollo social y económico de Latinoamérica, observando que cuatro factores participan en la producción de salud: el comportamiento saludable, el entorno físico, la asistencia sanitaria y los factores económicos sociales.
Si bien una adecuada atención médica es responsabilidad de los sistemas de salud, la realidad es que su aportación en la producción de salud es de apenas 20 por ciento; 40 por ciento, corresponde al empleo, la educación y la seguridad, y 30 por ciento, al compromiso ciudadano: ejercicio y dieta, ¿qué tanto cumple cada individuo en este tema?
Ejemplos de cómo los gobiernos o asociaciones civiles han buscado potencialidad el empoderamiento ciudadano en salud son los ejercicios de no fumar en restaurantes, usar casco en motocicletas, así como el cinturón de seguridad en vehículos.
Mientras por el escenario ciudadano se busca hacer aportes, por la rama médica y de farmaceúticas, la apuesta va hacia la innovación, no sólo lo nuevo, sino aquello que garantice una mejora en la esperanza o calidad de vida. En este tema, donde Latinoamérica se encuentra muy rezagado, ya que no tiene su propia agencia de innovación, sino copia experiencias de otros países.
Larga esperanza de vida y ¿en calidad?
Entre los años 2000 y 2016 la esperanza de vida en el hombre aumentó 29 por ciento, esto se debe principalmente, a la creación de nuevos fármacos. Tan solo entre 1982 y 2015, se lanzaron al mercado mil 300 nuevas drogas médicas.
Bajo este escenario, la mortalidad prematura actualmente se encuentra establecida en 85 años, esto en medición de retorno de inversión médica, resulta un éxito: 420 mil millones de dólares en el mundo en innovación de medicina benefició en recuperación de vidas.
Si bien, un nuevo fármaco requiere de hasta nueve años para generar resultados, y otros 10 años más para lograr que toda la gente tenga acceso al mismo, aún los alcances resultado importantes y exitosos. El beneficio social fue mayor que el costo que implicó.
Ahora el reto está en la resistencia a las bacterias, el abuso de los antibióticos, el nulo control ciudadano sobre su consumo, así como de los hospitales por destruir correctamente el medicamento caduco, ha fortalecido la resistencia, en otras palabras, ha hecho más fuerte a las bacterias.
De esta tamaño son las cifras: el consumo de dosis de antibióticos ha incrementado 65 por ciento entre 2000 a 2015, para el año 2030, la estimación de crecimiento es que alcance 200 por ciento.
¿Cuál es el reto? Generar programas de vigilancia sobre bacterias en el medio ambiente, con esto se evitarían más muertes, ejemplo está en la gonorrea, actualmente hay 20 pacientes a nivel mundial sin posibilidad de tratamiento ante la resistencia que ha mostrado la enfermedad.
Estados Unidos, Canadá y Argentina son los únicos países latinoamericanos con programas de vigilancia sobre bacterias. Frente a este escenario, la pregunta obligada es ¿cuál es el compromiso del sector médico, sector público y ciudadanos frente al cuidado de la salud?
